En las últimas décadas se han potenciado avances tecnológicos que impulsaron una verdadera revolución en el sector de la salud. Son tiempos de cambios en los que la tecnología está dando respuestas al aumento exponencial de los datos generados por las organizaciones de salud con la digitalización de imágenes, los registros médicos electrónicos y la proliferación de dispositivos de salud personal. El gran desafío es cómo sacar provecho de una incesante acumulación de datos en momentos en que todos los interesados -gobiernos, proveedores, empleados y pacientes- esperan una mejor calidad, valor y resultados satisfactorios.