COP16. LA BIODIVERSIDAD EN UNA ENCRUCIJADA. EL PAPEL DE LA ACADEMIA EN UNA COLOMBIA MEGABIODIVERSAD

Oct 10, 2024 - by administrador

Bogotá, octubre de 2024. Este mes se realizará en Cali Colombia la 16
Conferencia de las partes de la Convención de Biodiversidad, donde nuestro país
como uno de los seis países con mayor biodiversidad biológica del mundo jugará
un papel importante en su realización.
Colombia en los últimos años ha desarrollado importantes acciones para reducir la
deforestación y avanzar en la consolidación de áreas protegidas con participación
de las comunidades de indígenas, afrodescendientes y campesinos que
tradicionalmente viven en las regiones con mayor biodiversidad como son la
Amazorinoquia, el Chocó Biogeográfico, la Sierra Nevada de Santa Marta , la
región Marabina y los Parques Nacionales Naturales de la región Andina, lo cual
ha sido reconocido a nivel global para la asignación de nuestro país como
anfitrión del más importante evento mundial para la protección de la vida en el
Planeta Tierra.
En esos territorios, históricamente y por diversos procesos de ocupación, donde la
violencia y el desplazamiento de poblaciones de indígenas y afrodescendientes,
no ha sido ajena, existen comunidades rurales que con grandes esfuerzos han
venido generando alternativas de manejo sostenible de las tierras, de restauración
ecológica mediante tecnologías surgidas de una racionalidad que ha visto la
conservación y restauración de la naturaleza como la opción para conseguir una
vida sana con bienestar.
En las selvas del Chocó y de la Amazonia, por ejemplo, existe un ordenamiento
territorial alrededor de ríos, quebradas, saladeros y humedales que ha sido
producto de cosmovisiones construidas alrededor de la creencia sobre la tierra
como la hospedera de seres que protegen la fauna, que ayudan a mejorar la
producción agrícola y que regulan el agua y el viento para que prosperen las
cosechas y se mantengan las ofertas que garantizan la vida.
En las zonas del Guaviare, hemos aprendido en las prácticas de campo con
nuestros estudiantes los últimos diez años, que está surgiendo una Colombia
donde existen importantes procesos de restauración ecológica de la selva que
había sido arrasada por una colonización extractivista, basada en el despojo de
tierras para introducir las vacas y en donde se están viendo resurgir los bosques
productivos con plantación de árboles nativos que restituyen con calidad los
 
nichos ecológicos de muchas especies consideradas desaparecidas. Allí hemos
encontrado una gran biblioteca de sabiduría ancestral campesina y de agricultores
colonos que nos ha llevado a plantear el programa de Ingeniería Forestal y del
Medio Natural como un espacio académico para el reconocimiento, la valoración
justa de los conocimientos ancestrales como verdaderas bibliotecas abiertas, que
se expresan en libros del saber biocultural de estas comunidades.
Hemos aprendido que la enseñanza-aprendizaje, es un proceso que se expresa
en los espacios culturales, que reconocemos como sistemas ambientales
territoriales, que encontramos en los territorios a donde hay que adentrarse,
despojados de todo prejuicio de creernos los portadores de los conocimientos,
cuando en realidad somos portadores de ignorancias acumuladas.
La academia debe despojarse de los prejuicios de la Modernidad, como lo define
en días recientes la columnista de la Nueva Prensa Lucero Martínez Kasab “esa
civilización que nació en Europa y que fue invadiendo el mundo con la codicia,
apropiándose más y más, como lo ha hecho cada elite pudiente en Colombia,
robándose los metales, el caucho, los ríos, y destruyendo la fauna y la flora para
dar espacio a una economía donde priman los beneficios económicos para unos
pocos, condenando a millones de personas a la pobreza, el analfabetismo, el
éxodo y el desarraigo, considerando como dijo Hegel, uno de los padres de la
Modernidad que “la pobreza es natural” cuando estos fenómenos surgen en
territorios ricos en naturaleza y biodiversidad.
Desde esta visión la ignorancia en los territorios del Sur es el pan de cada día y
que, por lo tanto, la civilización europea de las que somos hijos, gracias a la
Modernidad impuesta es la salvación. El abordaje de la biodiversidad nos coloca
en una encrucijada: o seguimos los patrones de la Modernidad descritos que
privilegian el interés económico y la riqueza de unos pocos o avanzamos bajo
nuevos enfoques de sostenibilidad que incluyan el respeto a la vida y sus
procesos, el respeto a los derechos humanos de las comunidades ancestrales
indígenas, campesinas y afrodescendientes en cuyos territorios existen las
mayores riquezas biodiversas de Colombia.
La realidad convoca a que reconozcamos nuestras ignorancias y abramos
nuestras mentes como educadores, para permitir que las sabidurías de los actores
de los territorios penetren en nuestros ámbitos académicos, en otras palabras,
convertir los espacios territoriales en aulas de aprendizaje por la vida y su
diversidad. Lo anterior debe estar profundamente relacionado una subjetividad
que privilegie la calidad sobre la cantidad, que es la base de la Carta Política,
cuando se enuncia que el interés general está por encima de los intereses
particulares. Las propuestas de la COB16 con sus 23 metas están relacionadas
 
con la conservación, el uso, manejo y el aprovechamiento de la biodiversidad con
la participación de todos los actores económicos, sociales, institucionales y
académicos para la búsqueda del bienestar de la sociedad.