En la mitad de la reunión, Manuel siente el vibrar de su celular sobre la mesa de la sala de juntas. Su jefe está frente a él y lo mira fijamente mientras presenta los estados financieros del primer trimestre del año a los accionistas de la compañía. Manuel no puede contenerse e inclina su cabeza sutilmente para no perderse de lo que está pasando. ¿Por qué está vibrando su Smartphone? ¿Será una amiga? ¿Ex novia? ¿Entrevista laboral? ¿Hubo un terremoto en Shanghái?
Ninguna de las anteriores. Era un mensaje de texto publicitario. Sucumbió al instinto de contestar, como siempre no se pudo controlar. Manuel se llena de ira. Quedó mal frente a su jefe, solo por arriesgarse al abrir una promoción de 2x1 de un restaurante de pollos. Manuel es bombardeado por marcas de todas partes del mundo que quieren venderle en todo momento, mientras compiten con las notificaciones de WahtsApp, Facebook, Instagram y Snapchat que aparecen en la pantalla de su smartphone permanentemente. Y todo pasa, a través de su celular.
Y se nos pasa la vida…
¿Cuántas cosas hemos dejado de vivir mientras miramos en nuestro celular? En Colombia, por ejemplo, las personas consumen en promedio 2.576 minutos al mes navegando en sus aplicativos móviles. Seguramente, usted también se ha perdido de vivir los “micro-momentos”, es decir, como puede ser pasar en la calle al lado de ese amigo de infancia que no ve desde hace una década, y no notarlo; o bajar la mirada para ver quién “chatea”, justo cuando su hija hace su primer triple giro en la presentación de ballet. Tal vez su alma gemela estuvo sentada a menos de quince centímetros de usted en el bus, camino a casa, y usted no se dio cuenta por estar buscando “amigos” en Tinder.
Imagine un momento típico en el día: está pensando en cosas de la vida, con su iPhone en el bolsillo de atrás. De repente, su mejilla izquierda tiembla a medida que el teléfono vibra, bzzt, bzzt, bzzt… en su pantalón. Saca el teléfono para chequearlo y no hay nada. No hay una sola llamada. No hay un solo texto. No ha recibido correos electrónicos. Nadie le ha hablado en Facebook o le ha puesto ‘like’ a sus fotos en Instagram. Nada hizo que el teléfono vibrara, pero usted jura que lo sintió (y lo sigue sintiendo el resto del día).
Esto se llama síndrome de la vibración fantasma; la experiencia de sentir que el celular vibra cuando no lo hace. "Hay una parte del cerebro que hoy está siendo activada, y antes no lo estaba", afirmó el Doctor Larry Rosen, psicólogo de investigación que se dedica a estudiar cómo la tecnología afecta a nuestra mente. "Estamos evidenciando una gran cantidad de lo que parece ser un comportamiento compulsivo, un comportamiento obsesivo. La gente está mirando su teléfono constantemente y esto podría ser una obsesión. Esto no es muy diferente de alguien que constantemente se lava las manos. Con esto no me atrevo a afirmar que es una obsesión, pero creo que podría convertirse en una muy fácilmente", dice Rosen.
Entonces, ¿cuál es el reto para las marcas?
Enrique Samper, director general de ID Interactive, afirma que, si además usted tiene un dispositivo de los denominados wearables, la situación puede tender a empeorar, pues podrá tener este mismo síndrome en su muñeca (por su reloj) con más frecuencia.
El reto es entonces para las marcas que quieren participar de esas vibraciones y ser relevantes, comenta. "Seguimos pensando como marcas en que lo que tenemos que hacer es enviarle mensajes y más mensajes a nuestro consumidor; pero se nos olvida que él no quiere ver publicidad, sino tener experiencias o entretenerse. Hay tantas notificaciones hoy en nuestro celular (mensajes de texto, de WhatsApp, de Facebook, Instagram, Twitter, Snapchat, del calendario y demás), que si la notificación que genera nuestra marca no es contundente y relevante, rápidamente pasará desapercibida y lo que comenzó como una idea de enviar un mensaje publicitario, pasará rápidamente al olvido. Por eso hoy estamos desde la agencia trabajando con nuestros clientes en la construcción de contenidos relevantes para que logremos realmente captar la atención de las audiencias clave, incluso, desde una notificación en su celular"
Entonces volvemos al reto de siempre para las marcas: ser relevantes y entretener; más aún, cuando hoy todo pasa en una pantalla que está en el bolsillo o cartera compitiendo con el resto de nuestra vida.
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