Por Javier Echeverri Hincapié, Presidente de ManpowerGroup Colombia
Los últimos años han visto la transformación acelerada de los mercados de trabajo a nivel global, bajo el efecto de las presiones ejercidas por la pandemia de COVID-19 y la adopción vertiginosa de nuevas tecnologías.
El Foro Económico Mundial, en su informe “The Future of Jobs Report 2020”, reveló que el 84% de los empleadores en el mundo están acelerando sus planes de digitalización, mientras que un 50% planea agilizar sus procesos de automatización del trabajo en el futuro cercano.
Es evidente entonces que las tendencias en cuanto a adopción de nuevas tecnologías y transformación digital ya son una realidad al interior de muchas empresas. Según nuestro estudio “The Great Realization”, más del 80% de los empleadores han avanzado hacia la digitalización en respuesta a la crisis de la pandemia y 1 de cada 3 organizaciones planean invertir más en tecnología de inteligencia artificial (AI), incluido el aprendizaje automático, durante el próximo año.
Estos cambios, que ya están ocurriendo en este momento, no solo tendrán un impacto importante en la forma en que trabajamos, sino que además propiciarán una transformación profunda de las necesidades de los mercados laborales globales, con la desaparición de viejos roles que ya no tienen cabida en la era de la digitalización y el incremento en la demanda de nuevas destrezas y habilidades que serán imprescindibles en los trabajos del futuro.
Los efectos de esta profunda transformación impulsada por la disrupción tecnológica no tardarán en hacerse sentir. Estimaciones del Foro Económico Mundial señalan que para 2025, cerca de 85 millones de puestos de trabajo serán desplazados como resultado de los procesos de automatización, que establecerán una nueva división de las tareas entre humanos y máquinas. Pero estos mismos procesos también traerán consigo la aparición de 97 millones de nuevos roles laborales, más adaptados a esa redistribución de funciones entre personas, máquinas y algoritmos.
La respuesta inteligente a los desafíos de la automatización no es la resistencia; es asumir un rol pedagógico e implementar el learnability en la organización para enseñar a los trabajadores a desempeñarse efectivamente en un contexto de constante transformación y ayudarlos a desarrollar las habilidades que necesitan para la integración tecnológica. Es además una tarea que no puede esperar: se necesitan ciclos rápidos de enseñanza y mejoramiento continuo para capturar las oportunidades a medida que la tecnología transforma los mercados.
Es allí donde las empresas pueden jugar un papel fundamental, como creadoras de una cultura de aprendizaje y fortalecimiento del talento. Es crucial implementar estrategias para facilitar la formación de los colaboradores y promover el desarrollo de nuevas habilidades complementarias para garantizar mayor adaptabilidad, crecimiento y resiliencia al interior de las organizaciones.
El estudio The Great Realization, de ManpowerGroup, también señala que la incorporación de máquinas e inteligencia artificial dentro de los procesos de trabajo abrirá la puerta para que las personas puedan enfocarse en el desarrollo de fortalezas humanas como la empatía, la honestidad, la creatividad, la comunicación, la tolerancia al estrés, la flexibilidad, la colaboración y el liderazgo. De hecho, estas y otras habilidades blandas como la resolución de problemas, el pensamiento crítico y la capacidad de análisis, que cobraron especial relevancia durante la pandemia, hoy siguen estando entre las más demandadas por los empleadores.
Así mismo, la disrupción tecnológica y la aceleración de la digitalización que caracterizan a la llamada “cuarta revolución industrial” sin duda han tenido un impacto importante en la forma en que las empresas gestionan sus modelos comerciales y mejoran la experiencia de sus clientes y colaboradores.
En este sentido, la integración de herramientas de análisis de datos e inteligencia artificial a los procesos de selección y gestión de talento humano debe estar acompañada de un fortalecimiento de las capacidades en la fuerza de trabajo. Solo así es posible mejorar la productividad, al tiempo que se potencian la creatividad y la creación de nuevas oportunidades.
Buscar la sostenibilidad del talento humano y el bienestar de los trabajadores es clave para generar valor al interior de las organizaciones y en toda la línea de negocio. Y frente a una creciente automatización del trabajo en los mercados globales, esta búsqueda cobra todavía más importancia.
No se trata de una competencia entre humanos y máquinas. Se tratará de optimizar procesos de aprendizaje para integrarlos a ambos de forma exitosa; para continuar impulsando la transformación digital y potenciando la adaptabilidad de las organizaciones en torno a un futuro en constante cambio.
Fuente de redaccion milenium.group