La migración voluntaria o forzosa es un fenómeno que ha aumentado en la última década por razones políticas, culturales, económicas y sociales, entre otras, de diferentes naciones a nivel mundial. En Colombia, y en especial en los departamentos del Cesar y La Guajira, la migración se vive de forma directa aumentando las dificultades psicosociales de la población.
Colombia y Venezuela comparten 2.219 kilómetros de zona fronteriza que va desde La Guajira hasta el Amazonas, lo que hace que la interacción entre los habitantes de esta zona sea constante y genere el fenómeno de aculturación. Una situación que, en los últimos dos años, la migración de ciudadanos del vecino país a Valledupar y La Guajira, se ha ido incrementado y no en condición de carácter transitivo, sino permanente.
De acuerdo con Miladys Redondo Marín, docente del programa de Psicología y miembro del grupo de investigación Pensamiento Diverso de Areandina sede Valledupar, “un gran porcentaje de esta población labora en centros de estética y belleza, barberías y sitios de comida mientras que otros, están dedicados a las ventas ambulantes. No todos migran con sus familias, se reúnen entre compatriotas para compartir gastos y apoyarse emocionalmente, se enfrentan a nuevos roles, sin importar su nivel académico asumiendo otras ocupaciones para poder subsistir y enviar recursos a sus familiares, las oportunidades laborales son limitadas y más si deben resistir el rechazo de otras personas, la incertidumbre de lo que puede pasar en su país donde aún viven sus parientes aumenta su desasosiego”.
No existe experiencia migratoria que no implique crisis dolorosa, los efectos profundos y duraderos pueden extenderse a lo largo de la vida y transmitirse a las generaciones siguientes. El migrante se enfrenta al desarraigo, a una especie de duelo por la pérdida de su contexto natural y la separación de sus familias.
Para Luz Karine Jiménez, docente del programa de Psicología y miembro del grupo de investigación Pensamiento Diverso de Areandina sede Valledupar, “hay personas que por su estructura mental, son capaces de tolerar el sufrimiento del duelo, pero muchos no pueden ó solo lo superan en parte generándose algunas alteraciones emocionales que pueden convertirse en trastornos mentales que no son tratados ni reportados, pues la atención en salud brindada a los migrantes muchas veces es limitada, esta problemática amerita una exploración desde el campo de la psicología para dimensionar alternativas de manejo a estas condiciones”.
En este contexo, a través del grupo de investigación Pensamiento Diverso y sus investigadoras Miladys Redondo Marín y Luz Karine Jiménez de Areandina sede Valledupar, se han dado la tarea de observar esas implicaciones emocionales que se generan en los migrantes venezolanos. El estudio de campo ha permitido establecer que existe en la ciudad una serie de fundaciones y líderes que acompañan al migrante en su proceso de adaptación el cual depende en gran medida de condiciones individuales como rasgos de personalidad, estilos de afrontamiento, capacidad de resiliencia entre otros, de tal manera que las docentes investigadoras recomiendan:
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Fortalecimiento de las redes de apoyo entre líderes migrantes que se ubican en familias binacionales y fundaciones que brindan acogida al migrante recien llegaron para garantizar sus derechos.
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Desde el Estado, seguir las recomendaciones de la Organización Internacional de Migraciones en relación al derecho a la atención en salud integral del migrante.
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Desde la academia y sus procesos de responsabilidad social, hacer campañas y brigadas de promoción de la salud mental que favorezca a las comunidades donde están mayormente ubicados los migrantes.
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Sensibilizar desde las entidades gubernamentales, no gubernamentales y la academia, la aceptación del otro, evitanto el fenómeno de xenofobia que acrecienta los problemas emocionales.
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Reconocer y fortalecer los procesos que viene adelantado el ICBF en relación a la atención y protección de niños, niñas y adolescentes y sus familias migrantes.
Cabe resaltar que Areandina viene adelantando procesos desde investigación y proyección social orientadas a la atención de los migrantes para mitigar las consecuencias psicosociales, una labor que requiere constancia, pero que amerita que todos los sectores se involucren activamente.
Fuente de redaccion areandina.edu.co