Los dispositivos personales de monitoreo de actividad física (wearables) han causado furor desde hace algunos años, pero como toda herramienta que involucra tecnología, siempre existen dos caras en la historia:
· Los beneficios al tener información más detallada para mejorar nuestro desempeño físico.
· El riesgo de poder perder datos importantes o una amenaza a nuestra privacidad.
Por ejemplo, existen comunidades en línea donde las personas comparten sus estadísticas desde los wearables, incluyendo datos como: ritmo cardíaco, kilómetros recorridos y cantidad de tiempo haciendo ejercicios. Esos datos quizás no le sirvan de mucho a un “hacker”, sin embargo, estos dispositivos también incluyen un GPS, por lo que, al compartir la ruta recorrida constantemente, se crea un patrón que le puede servir a alguien para saber cómo localizarte. Esto podría implicar un serio problema a tu seguridad.
Otra posible situación es cuando el wearable se comunica con otras herramientas, como los teléfonos inteligentes y laptops. Ese intercambio de información se hace a través de la nube y puede ser interceptado para conseguir datos de la persona que esté haciendo la descarga de sus datos, o incluso ser infectado con un virus que al conectar con otros aparatos ponga en riesgo no solo el wearable en sí, sino que otros dispositivos aún más necesarios.
Los beneficios son más
Aunque efectivamente, el uso de estos gadgets puede generar ciertas situaciones inseguras, la realidad es que los beneficios son mayores y que la clave está en usarlos de manera inteligente y segura. Algunos de los beneficios son:
· Tener acceso a datos y análisis de nuestro ejercicio, que antes no era fácil de conseguir, lo que ayuda al usuario a alcanzar nuevos niveles en su desempeño
· Para aquellos que comenzaron el año con la resolución de hacer ejercicio, los dispositivos personales les permiten monitorear su nivel de actividad y así ir progresando para alcanzar sus metas
· Para ambos grupos, estos datos proveen parámetros que les permiten ejecutar su trabajo físico de forma constante y saludable para poder mantener sus metas de desempeño a largo plazo
6 consejos para sacar partido de estas tecnologías de manera segura
1. Mientras utilizas el wearable para hacer ejercicios, deshabilita la función de bluetooth (si no la necesitas), así reduces la posibilidad de que sea el objetivo de un ataque.
2. Si no puedes deshabilitar el bluetooth, entonces trata de asignar una laptop solo para el uso de esta información, así no comprometes información crítica que utilizas en tu equipo de trabajo diario.
3. Ten cuidado a la hora de compartir información en las redes sociales o en sitios específicos de deportes. Activa todos los elementos de privacidad necesarios para salvaguardar lo más posible la información que compartes.
4. Siempre que sea posible, realiza el upload de la información de tu wearable directamente a la máquina.
5. Cuando hagas el upload, borra la información del wearable, así si pierdes el aparato no tendrá información reciente de tu rutina de ejercicio, que pueda servir para localizarte.
6. Investiga bien antes de conseguir un wearable y acceder a aplicaciones relacionadas. Busca marcas o empresas reconocidas que cuenten con una gran cantidad de usuarios. Hay más oportunidad de enterarte de alguna falla o fuga de información si varios usuarios se ven afectados. Además, tendrás la tranquilidad de que la empresa responderá si ocurre algún problema.
En conclusión, la preocupación sobre la ciberseguridad que pueda comprometer el uso de tu wearable no debe ser una excusa para no cumplir tus objetivos. La realidad es que estos dispositivos proporcionan información valiosa para tus rutinas de ejercicio y te permiten tener un mejor desempeño. Por lo tanto, la clave es estar consciente de los posibles riesgos y seguir los consejos que compartimos contigo.
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