Por Claudia Milena Manjarrez Alzate – Directora Ejecutiva de Corporación CICCE
Los acontecimientos de los últimos tiempos, han incrementado la necesidad de virtualizar muchos procesos, entre ellos la educación en todos sus niveles.
El Ministerio de Educación Nacional define la educación virtual como “el desarrollo de programas de formación que tienen como escenario de enseñanza y aprendizaje el ciberespacio donde no es necesario que el cuerpo, tiempo y espacio se conjuguen para lograr establecer un encuentro de diálogo o experiencia de aprendizaje.”
Podemos encontrar que una de las principales diferencias de la educación presencial de la virtual, es que en el modelo tradicional los protagonistas son el docente y el estudiante, mediante el proceso de enseñanza-aprendizaje y en el modelo virtual el protagonista es el estudiante, donde él mismo lidera su aprendizaje, gracias a su compromiso.
Sin embargo, para que ese proceso sea exitoso es importante la fusión de varios aspectos a tener en cuenta:
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Las plataformas tecnológicas o LMS, deben ser muy intuitivas y al grano centrandose en el objetivo de aprendizaje, a veces por buscar hacerla más agradable e interactiva, se desvía la atención de lo principal.
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Los tutores deben contar con formación pedagógica para que transmitan adecuadamente los conocimientos, con formación académica especifica del área a tratar y con experiencia de campo en el mismo tema. Estas tres características del profesional orientador, garantizarán un proceso idóneo de formación virtual.
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Los materiales de formación deben ser actualizados, revisados, presentados de forma amena, corta y concisa, por citar un ejemplo se puede usar micro cápsulas de video con la información core del tema a tratar, en vez de videos extensos, aplicar casuística en forma de talleres que inviten a la reflexión y aplicación en la cotidianidad.
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Las sesiones sincrónicas o sesiones on line, deben ser muy puntuales, no usarlas para presentar videos pues no tiene sentido. Estos videos, al ser estrictamente necesarios para alcanzar los objetivos de formación, se deben utilizar como apoyo en el aula virtual para ser estudiados de forma autónoma por parte del estudiante.
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Y el más significativo, es la humanización de todo el proceso, no dejar todo en las TICs, en la tecnología, es fundamental vincular lo emocional al proceso de aprendizaje, cuando hay emoción se garantiza el aprendizaje, todo esto conlleva a la motivación constante, al acompañamiento por parte del área académica de la institución a los estudiantes, responder oportunamente sus inquietudes, retroalimentar inmediatamente sus actividades de aprendizaje, preocupación y comunicación constante en caso de no asistencia o ingreso al aula para brindar apoyo y orientación, seguimiento a los logros y metas individuales para impulsar y motivar la culminación del proceso de formación.
Como conclusión el tutor y el personal de servicio al estudiante se deben convertir en influenciadores emocionales y motivadores para que en equipo se logren las metas en los procesos de formación virtual. El servicio al cliente, el servicio humano es incluso mas importante en esta metodología que en la tradicional, el estudiante necesita mucho más cercanía y acompañamiento. Tecnología, servicio al cliente y humanidad van de la mano.
Fuente de redaccion Corporación CICCE