Ante nuevos retos necesitamos nuevas habilidades, pero sobre todo saber aprender y saber utilizar lo que ya aprendimos.
Por: Jesús Tabares, Head of Corporate Engagement Laboratoria Colombia
El auge de la economía digital en muchos países de América Latina nos ha enfrentado a una realidad latente: carecemos de las habilidades clave para desempeñar los nuevos roles que emergen en este contexto.
Y el reto no es menor. Para convertirnos en naciones de científicas de datos, programadores y programadoras, diseñadoras de UX, administradoras de aplicaciones en la nube y todo el abanico de nuevos cargos que trae consigo la Cuarta Revolución Industrial, necesitamos una transformación de talento rápida, efectiva, inclusiva y competitiva.
A medida que asumimos nuevos retos laborales como sociedad, vamos a experimentar una y otra vez la sensación de ser talento junior, ese grupo de colaboradores y colaboradoras que enfrentan por primera vez en el lugar de trabajo una tarea distinta, un campo de práctica novedoso o una tecnología que nunca antes habíamos usado.
Organizaciones como el Human Capital Institute y el gigante de consultoría Accenture, entre muchas otras, han identificado este nuevo campo como New Skilling, la práctica de organizaciones y personas de buscar un nuevo rol, formarse para este y empezar a desempeñarlo.
Las conclusiones de estos estudios son definitivas: alrededor de un 78% de los líderes empresariales prevén una brecha de talento en el futuro y cerca de un 15% de todas las personas laborando actualmente atraviesan un cambio significativo en los roles que ejecutan.
Sin embargo, las organizaciones que fomentan el crecimiento de más personas en la era digital, cada día son más conscientes este reto: lo interiorizan como parte fundamental de su propuesta de valor.
Para un alto porcentaje de las personas egresadas de áreas como el desarrollo web y la programación, la industria digital es un campo completamente nuevo al que ingresarán como talento junior, bajo la mayoría de definiciones. Sin embargo, ninguna hace esta transición desde el vacío: un sinnúmero de experiencias personales, académicas e incluso profesionales las han dotado de habilidades que son transferibles o que incluso potencian su contribución en estos nuevos roles.
Para nombrar solo un ejemplo: Leidy, estudiante de Desarrollo Front End, llegó a la programación tras ocho años en el campo de la salud como auxiliar de enfermería y asesora de servicios. Los skills de programación adquiridos por Leidy le abrirán nuevas puertas como una desarrolladora sin experiencia, pero su futuro equipo de trabajo se beneficiará de su enfoque al cuidado, de su orientación al usuario y del entendimiento de la industria que trae como parte de su experiencia previa.
Mucho más que talento junior, Leidy y sus compañeras son ejemplo del New Skilling contribuyendo con las habilidades necesarias para impulsar los equipos digitales a nuevos horizontes, en una era de retos y transformación.
Fuente de redaccion grupoalbion.net