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Una de las tendencias que se impuso con mayor fuerza durante este año fue la necesidad de contar con espacios flexibles según la necesidad del momento.
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La pandemia confirmó la importancia de tener lugares cómodos, inspiradores, con iluminación natural, sin ruido visual, y objetos flexibles y livianos.
Bogotá, noviembre de 2020.- Desde los inicios de la pandemia el Covid-19, las medidas de aislamiento preventivo y los protocolos de bioseguridad transformaron los espacios y los lugares donde las personas viven, estudian, trabajan y desarrollan sus actividades cotidianas. Ante esta realidad, Interior1, estudio de diseño especializado en el desarrollo de espacios educativos, corporativos y hoteleros analizó los aprendizajes que dejó este período para el diseño de interiores.
Para Natalia Heredia, socia fundadora y directora de Interior1, “Durante estos meses aprendimos a adaptarnos con los elementos existentes buscando ante todo la flexibilidad y adaptabilidad de los mismos; para nuestro estudio, esta etapa ha sido de gran relevancia para repensar nuestra manera de proponer los espacios; el interiorismo es ahora una prioridad y debemos enfocarnos en el bienestar de las personas y como mejorar la calidad de vida de los seres humanos”.
Interior1, como estudio de diseño interior especializado en el desarrollo de espacios corporativos y hoteleros, identificó las ocho grandes lecciones del interiorismo que nos dejará el 2020:
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Personalización de espacios: Durante el aislamiento, los hogares se convirtieron en oficinas, gimnasios, centros de entretenimiento, escuelas y restaurantes. La flexibilidad y personalización, es el modelo que mejor refleja este período y el cual se enfoca en implementar espacios menos rígidos, más personalizados y más conscientes de las necesidades.
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Muebles multifuncionales: Mesas extensibles, escritorios móviles, elementos multifuncionales, fueron unos aliados magníficos para aprovechar los espacios y modificarlos según las necesidades de trabajar, estudiar, descansar. Los muebles que se puedan trasladar y ajustar con facilidad fueron los preferidos.
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Espacios exteriores y verdes: Una de las grandes lecciones que dejó la pandemia es la necesidad que tienen las personas de disfrutar de la naturaleza. Hogares, oficinas, centros educativos y hoteles se esforzaron por traer hasta donde más pudieron el exterior al interior. La decoración y el aprovechamiento de las terrazas y los balcones cobraron gran relevancia; cada vez las personas pasan más tiempo ahí y además están en un ambiente seguro y protegido. “Los parques urbanos en los edificios, las plantas y los espacios abiertos producen bienestar mental y físico en las personas, por lo que su demanda aumentó ampliamente”, comenta Heredia.
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Aprovechar la luz y ventilación natural: Los lugares con esta característica se convirtieron en los más codiciados para ubicar escritorios, sillas o puestos de descanso. La iluminación cumple un papel fundamental al momento de realizar cualquier tipo de actividad; “hemos aprendido a realmente lo que es vivir en nuestras casas más que dormir en nuestras casas y la diferencia es realmente grande”. Sabemos dónde llega el sol, dónde debemos localizarnos para recibir luz y ventilación en el momento adecuado y es el resultante de las mejoras no solo a nivel de salud física como a nivel emocional.
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Primero la comodidad: Los diseños de los espacios más allá de un tema netamente decorativo, se enfocaron en ser funcionales; menos textiles, con entornos más cálidos pero más limpios. Los acabados y los materiales ante todo deben tener la premisa de repeler bacterias y el virus, además de facilitar su cuidado y limpieza.
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Esquema ‘Phygital’: Este término se popularizó en los últimos ocho meses, y se refiere a la tendencia híbrida que permite combinar la presencia física con esquemas digitales para trabajar, estudiar o hasta para comunicarse con los amigos y familiares. Su experiencia confirmó que se trata de un esquema que funciona y que además beneficia la calidad de vida de las personas, porque disminuye el contacto físico, desestimula el desplazamiento y largas distancias para ir de un lugar a otro.
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Tecnología amigable y segura: La pandemia aceleró tendencias tecnológicas que ya se venían incubando en los espacios y son aquellas las mejores aliadas que nos han permitido relacionarnos con las personas durante la pandemia; nos hemos dado cuenta que funciona y que nos mejora la calidad de vida en múltiples facetas lo que nos lleva a diseñar con base a que estas herramientas puedan funcionar de una manera segura, cómoda y adaptable.
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Espacios colaborativos: Las oficinas, los hoteles y los centros educativos cada vez y con más fuerza están migrando su estructura, para contar con salas de reuniones creativas, interactivas, sitios especiales para tareas de baja/mediana/alta concentración, lugares que promuevan la integración, socialización y creatividad; los puestos móviles/itinerantes y el trabajo en equipo.
“El diseño de interiores reafirmó la importancia de contar con lugares cómodos, flexibles e inspiradores, sin ruido visual, objetos livianos. El interiorismo será minimalista, funcional, y enfocado en los 5 sentidos del ser humano, que aporten la sensación de sencillez, claridad y seguridad; espacios que se adapten a la necesidad de usuario serán los pioneros en esta nueva era”, concluye Natalia Heredia.
Fuente de redaccion: INTERIOR1