Bogotá, mayo de 2020: El Coronavirus ha generado un impacto brutal. Lo que tiene de diferente, con anteriores problemas o crisis, es lo exponencial de la velocidad y la profundidad de los cambios. Definitivamente, el área tecnológica experimentó esta situación. De un día para el otro, empezamos a tener cuarentenas en los países y se tuvo que reorganizar el trabajo de una manera casi totalmente digital.
Esto nos va a obligar a todos a pensar de una manera diferente porque la necesidad de digitalizar una compañía, de trabajar sobre plataformas colaborativas y de adoptar la nube ha funcionado muy bien. Todo lo que ha funcionado y adaptado fácil es, o porque estaba en la nube, o porque eran empresas con un alto grado de digitalización. Desde la migración más rápida para el home office, hasta flexibilidad de aumentar o reducir las capacidades de procesamiento y almacenamiento cuando sea conveniente, la nube ha sido un gran aliado de las empresas en estas épocas de incertidumbre.
Latinoamérica respondió muy bien y eso nos abre de aquí para adelante una nueva mirada; las empresas van a querer saber cómo volverse más digitales, para estar más preparadas ante cualquier crisis o contingencia futura que ocurra en el mundo.
Lo que el COVID-19 nos deja como reflexión, a las compañías y a los CEOs, es cómo afrontar desde el management una crisis de estas características (súbita y profunda), para Leonardo Covalschi, director ejecutivo & head LATAM de TIVIT, es importante tener en cuenta lo siguiente:
Actuar rápido y preservar la seguridad de las personas. Las compañías que actuamos rápido tuvimos una visión de que esto era muy grave. Tratamos de llevar a la gente rápidamente a trabajo remoto, de exponer poco o nada al personal y priorizar la seguridad de nuestro equipo.
Comunicar constantemente y de manera precisa. En esta etapa hay que comunicar mucho, pero hay que ser claros. Si hay que repetir las cosas, se repiten. Hay que priorizar lo importante y no entrar en una vorágine de comunicación en la que la gente se pierda y se confunda. La comunicación debe ser precisa, relevante y cada líder debe estar junto al equipo.
Estar claros y serenos. Es un momento para tener calma, ser inteligentes y reflexionar. Actuar rápido no significa actuar de forma impensada, quiere decir parar la pelota, hacer una pausa y tener mucha serenidad. Hay que trabajar junto al equipo con tranquilidad y proactividad.
Ser optimistas. Esto va a terminar, va a tardar 45, 60, 90 o 120 días, pero va a terminar. Cuando la crisis pase, todos habremos aprendido lecciones interesantes. Mientras tanto, hay que darles a los equipos una imagen de continuidad. Dentro de la seriedad y gravedad de lo que esto significa, transmitir una actitud de que esto va a terminar y va a haber un día después. También es importante ir trabajando en los diferentes escenarios que pueden darse después de la crisis, para estar lo mejor preparado posible para los mismos.