Mientras los gobiernos intentan desalentar el uso del efectivo, y según los registros oficiales el nivel de
bancarización es casi total, existe un sector de los consumidores denominados “Cash-by-choice”: aquellos
que utilizan poco o nada los servicios financieros. ¿Por qué y cómo se manejan?
Según la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC), más de 2 mil millones de personas en todo el
mundo son no-bancarizados. En este sentido Colombia muestra un gran avance y tuvo uno de los
incrementos más altos en la región en los últimos años, en cantidad de cuentas abiertas, a tal punto que la
bancarización es casi total en la población adulta.
“Es increíble que de esos 2 mil millones, más de 1 mil millones de personas adultas en el mundo tienen un
smartphone pero no una cuenta bancaria. Estos últimos están globalmente conectados pero financieramente
desconectados. Pero no es solo eso, tener una cuenta es solo una de las variables, la mayoría de las
personas con cuentas todavía no tienen acceso a créditos y muchos solo las usan una vez al mes para sacar
todo el efectivo. Hay mucho aún por hacer para poder hablar de inclusión financiera”, reflexiona Tania Lea
Directora de Latam de Azteco.
En el caso de Colombia, la adopción de billeteras digitales ha alcanzado cifras significativas. Según un
informe de Colombia Fintech, si bien de 13 billeteras digitales del país, para el año 2023 existían 54.634.939
usuarios, la gran mayoría no realizan operaciones en las mismas. Este subgrupo denominado “sub-
bancarizado”, son aquellos que tienen una cuenta bancaria para cobrar cada mes el salario, recibir una
transferencia familiar, la pensión o algún plan social pero eligen retirar todos sus fondos de esa cuenta a
principios del mes y manejarse exclusivamente en efectivo. Son personas que tampoco podrían acceder a
créditos ni préstamos.
Asimismo, también están los que tienen una cuenta pero la utilizan lo menos posible, los “bancarizados-
bajo-perfil”, quienes eligen vivir mayormente en efectivo y solo usan tarjetas para suscripciones, pagos
internacionales, beneficios, descuentos o cuotificación.
Consumidores Efectivo-por-Elección (o Cash-by-Choice) y razones de esta opción:
Son aquellos que si bien puede llegar a tener acceso o tienen una cuenta bancaria, eligen no usarla o la usan
lo menos posible, por dos razones principales, según la FDIC:
No confían o no les gustan los bancos
Quieren proteger su privacidad de gastos, ingresos y movimientos financieros.
Razones financieras y microeconómicas:
Mantener su dinero en efectivo y fuera de instituciones financieras le brinda acceso directo y control
total de sus activos.
Cuando eligen usar solo efectivo, pueden ver y manejar físicamente su dinero, lo que fomenta la
responsabilidad financiera. Según Sebastián Nocito CEO de MORA, plataforma especializada en
gestión de deuda, “las personas que usan efectivo suelen gastar menos porque tienen mayor
consciencia de lo que tienen y evitan endeudarse. Sólo el hecho de saber que se puede llegar a
pagar más de 150% de interés por saldos pendientes genera que muchos elijan esta manera de
auto control”.
La comodidad y rapidez de trabajar en efectivo. Y evitar tarjetas bloqueadas, trámites administrativos,
contraseñas, etc.
Economías informales: Según un informe realizado por DANE, Colombia registra más de 12
millones de trabajadores informales. Por lo tanto, aún existe una gran porción del mercado que
elige hacer sus pagos en efectivo.
Razones culturales y sociales:
Cuando todos los miembros de una comunidad inmediata, pueblo o barrio utilizan el efectivo, se
convierte en la norma y en un modo de transacción más conveniente.
Razones de “valores”:
Algunos optan por la privacidad. Muchos consumidores citan la seguridad frente al robo de datos e
identidad como un factor que les impulsa elegir el efectivo, así como la libertad de miradas
indiscretas, control estatal, la inflación y la usura.
Pero cómo pagar las suscripciones, impuestos, enviar dinero o realizar compras de grandes montos?
A pesar de todas las razones antes descritas, incluso el “efectivo por elección” precisa participar en el sistema
financiero. Enviar remesas, realizar un pago, incluso pagar facturas mensuales se vuelve incómodo, inseguro
o incluso imposible solo en efectivo.
Pero ya existen propuestas que le dan soluciones a estos consumidores. Este espacio en blanco de los
bancos, comerciantes y gobiernos está siendo aprovechada por nuevos servicios que permitirían
transacciones únicas y de menor costo:
Respaldo a Bitcoin: “bitcoin proporciona muchos de los beneficios que los consumidores “efectivo por
elección” buscan, principalmente privacidad e inmediatez. Por esta razón, muchos de ellos ya han comenzado
a adoptar bitcoin para ahorrar, gastar y enviar dinero, y no solo para especular”, comenta Tania Lea de
Azteco, empresa que permite comprar bitcoin en efectivo en almacenes y supermercados a través de tarjetas
de regalo desde los USD10. “Un número cada vez mayor de comerciantes aceptan bitcoins para las compras
diarias, lo que lo convierte en un método viable también para el día a día, préstamos personales y remesas,
en la actualidad”, agrega.
Cajeros automáticos inversos: cada vez son más populares los cajeros automáticos inversos, que aceptan
efectivo a cambio de tarjetas de regalo o gift cards (que son anónimas). Son excelentes para las
transacciones cotidianas.
Tarjetas bancarias electrónicas prepagas: Las tarjetas prepagas actualmente son las terceras más
utilizadas del país, luego de las de crédito y débito. Su crecimiento interanual en el 2023 fue del 38,4%.
Funcionan igual que las tarjetas de regalo, pero podrían manejar montos mayores, lo que permitiría a las
personas pagar una variedad de transacciones, desde prestarle a un primo 1.000 dólares hasta comprar un
automóvil usado por 10.000.