En el inmenso mosaico del mundo conectado, donde las distancias se acortan y las
fronteras se desdibujan, el acceso a internet se erige como un derecho fundamental.
Sin embargo, mientras celebramos el Día Mundial del Internet, es crucial recordar que
esta conectividad aún no alcanza a todas las esquinas del globo. En particular, en las
regiones rurales de Colombia, la brecha digital sigue siendo una realidad palpable,
una barrera que impide el progreso y la igualdad de oportunidades.
Y es que según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística, DANE, solo
28,8 de cada 100 hogares en zonas rurales cuenta con acceso a internet en Colombia.
De la misma manera y de acuerdo a datos de la entidad, para finales de 2023, habían
13.631.928 personas en edad escolar, de estas, el 26,7% habitan en el campo. Esto
evidencia un gran reto, pero sobre todo un gran desafío para poder llevar
conectividad y proporcionar las condiciones idóneas que habiliten la educación de
calidad y el progreso en las zonas más apartadas del país.
Imaginen una Colombia, donde cada rincón, por remoto que sea, esté conectado al
vasto océano de conocimiento y oportunidades que es internet. Donde los
agricultores de los Andes colombianos, los pescadores en las costas del Pacífico, y las
comunidades indígenas en la Amazonía puedan acceder a información vital, servicios
de salud, educación de calidad y oportunidades económicas sin importar su
ubicación geográfica. Este es el futuro al que aspiramos, y el internet satelital emerge
como el vehículo que puede llevarnos hacia ese horizonte.
Las ventajas del internet satelital para conectar las zonas rurales son claras y
contundentes. A diferencia de las infraestructuras tradicionales de cableado que
pueden resultar costosas y difíciles de implementar en áreas remotas y
geográficamente complicadas, el internet satelital ofrece una solución viable y
efectiva. Con la capacidad de llegar a lugares donde las torres de telecomunicaciones
y los cables de fibra óptica no pueden llegar, el internet satelital derriba las barreras
geográficas y conecta a las comunidades más aisladas con el mundo digital.
Este tipo de tecnologías han llegado y se han fortalecido en América Latina gracias al
respaldo y despliegue de importantes actores como Hughes®, compañía líder en
internet satelital en el mundo, y su servicio Hughesnet® que impacta positivamente
en las zonas rurales y más apartadas en diferentes países de la región. Pero más allá
de simplemente proporcionar acceso, el internet trae consigo una serie de beneficios
transformadores. Abre las puertas del conocimiento y la educación, impulsa el
desarrollo económico al facilitar el acceso a mercados globales para los productores
rurales, promoviendo el emprendimiento y la innovación y mejora la atención médica
al permitir consultas médicas en línea, acceso a información sobre salud y
telemedicina en áreas donde los servicios de salud son escasos.
En este Día Mundial del Internet, es imperativo que reconozcamos la importancia
crítica de conectar a las regiones rurales de Colombia y por eso hoy celebramos un
nuevo hito, al oficializar la instalación de un nuevo punto de internet gracias a nuestra
alianza con Microsoft bajo el liderazgo del MinTIC: Juntas de Internet - Comunidades
de Conectividad. En la vereda de Chilvicito, en el municipio de Tumaco de la costa
pacífica de Nariño habilitamos el acceso a un mundo de oportunidades de educación,
capacitación y emprendimiento para más de 120 personas que habitan en esta
población.
No podemos permitirnos dejar atrás a estas comunidades en la era digital. Es hora de
invertir en soluciones como el internet satelital, que no solo conectan a las personas,
sino que también desatan todo su potencial. Solo así podemos construir un futuro
donde la brecha digital sea solo un recuerdo del pasado, y donde cada persona,
independientemente de su ubicación, tenga las herramientas para prosperar en la
economía global del conocimiento.
Fuente de redacción: Milenium Group