El entorno virtual puede ser confuso para los estudiantes. La falta de supervisión presencial puede darles una señal equívoca de que pueden hacer trampas sin problema. Por eso, el desafío que implica el proceso de evaluación para los profesores en un contexto en línea es principalmente a la hora de crear una cultura de integridad que trascienda al escenario de la clase.
“En cualquier entorno, pero especialmente en el aprendizaje en línea, la integridad académica es clave para una evaluación precisa del conocimiento del estudiante. Es importante, dado el cambio de paradigma educativo que generó la pandemia, establecer las reglas de las evaluaciones y transmitir la importancia del pensamiento original. Actualmente, los estudiantes pueden acceder a demasiada información con un solo clic, por tanto, es primordial enseñarles el buen uso de la misma”, señala Catalina Londoño, Gerente de Servicios Profesionales y Educativo de Turnitin.
Entonces, ¿cuáles son los cinco consejos que pueden ayudar a los educadores para realizar evaluaciones remotas con integridad?
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Retroalimentación: La retroalimentación es más importante que nunca. Los escenarios cara a cara les dan a los maestros la capacidad de observar la confusión o comprensión de los estudiantes; los entornos de aprendizaje en línea disminuyen esto, por lo que herramientas tecnológicas con AI pueden ser un gran aliado al momento de generar observación. Además, es necesario reforzar la retroalimentación utilizando distintos canales de conversación.
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Diseñar evaluaciones que mantengan la integridad académica: Proporciona varias versiones de la misma prueba y establece límites de tiempo para disminuir la posibilidad de colusión entre estudiantes y otras formas de mala conducta, que pueden tener lugar fuera del campo visual de la cámara y la pantalla.
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Utiliza tipos de evaluación variados y completos: Al variar los formatos de evaluación, los educadores pueden obtener información sobre el pensamiento de orden superior, así como incluir diferentes estilos de aprendizaje. Por otra parte, diferentes formatos de evaluación pueden valorar la amplitud (opción múltiple) además de la profundidad (respuesta larga) del conocimiento.
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Aprovecha las herramientas que mantienen la integridad académica. Herramientas como la verificación de similitudes, la supervisión y los instrumentos de bloqueo del navegador pueden respaldar la integridad académica. Además, las plataformas tecnológicas pueden hacer más eficiente el tiempo de evaluación para el educador y promueven la retroalimentación constructiva para el estudiante.
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Informarse acerca de nuevas tendencias de mala conducta: Conviene estar atento a las formas emergentes de mala conducta en el aprendizaje a distancia. La índole de los entornos de aprendizaje en línea hace que ciertas formas de mala conducta sean fácilmente accesibles. Conjuntamente con el plagio de copiar y pegar, los generadores de texto de IA, los dispositivos inteligentes y las fábricas de ensayos están a un clic de distancia en el aprendizaje en línea.
“Aunque el internet tiene un uso educativo incuestionable, también existe un mal uso de esta herramienta. Por esto, para mantener la integridad académica en las evaluaciones en línea, es importante que los profesores estén al tanto de las nuevas tendencias que están surgiendo para evitar la propagación de malas conductas académicas”, agrega la Ejecutiva de Turnitin.
¿Cuáles son las tendencias emergentes a las que hay que prestar atención?
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Trampa por contrato: Contratar a un tercero (gratis, por pago) para completar un ensayo y presentar ese trabajo como propio. Las fábricas de ensayo han aumentado en número y a menudo están dirigidas a estudiantes vulnerables a través de redes sociales.
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Escritura basada en AI: Usar una herramienta basada en Inteligencia Artificial para terminar de escribir un ensayo.
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Giro o manipulación de texto: Tomar contenido escrito por otro autor y ejecutarlo a través de la herramienta de un software o manipularlo con la intención de engañar al software de detección de plagio.
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Plagio de código fuente: copiar o adaptar un código fuente sin la atribución correspondiente al creador original.
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Softwares espías: Usar tecnología, como audífonos ocultos, celulares inteligentes, softwares de captura de pantalla para las pruebas, y bancos de pruebas en línea para obtener las respuestas de los exámenes.
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Uso de terceros para conseguir respuestas: Recurrir a tutores externos para obtener respuestas o dispositivos de bluetooth para comunicar soluciones en los exámenes.
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Suplantación de identidad: Contratar a alguien para que rinda una prueba o para que asista a todo el curso en lugar del estudiante
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Y aunque no es nuevo, colusión: Cuando los estudiantes trabajan en grupo un trabajo destinado a una calificación individual. En los ambientes virtuales sin supervisión, puede haber un aumento de esta forma de mala conducta.
“Para evitar este tipo de acciones y promover una cultura de integridad académica que evitará las malas conductas es clave mantener una buena comunicación con los estudiantes. El diálogo constante y una relación de confianza puede convertirse en la mejor herramienta de prevención ante casos de mala conducta. En entornos remotos, es necesario que el docente habilite un canal directo de comunicación para identificar si los estudiantes están aprendiendo o si están teniendo problemas con los contenidos. Esta simple acción puede evitar desastres futuros”, finaliza Catalina Londoño.
Fuente de redaccion Mónica Suárez Páez