Bogotá, 28 de junio de 2022
Desde hace varias semanas, debido a la decisión de la Corte Constitucional de declarar inconstitucional la pesca deportiva, la asociación colombiana de piscicultura y pesca, Pispesca, viene haciendo un llamado nacional sobre las consecuencias que esta prohibición traerá para las economías regionales, las comunidades ribereñas y el medio ambiente.
Colombia es considerado un paraíso para la práctica de la pesca deportiva porque cuenta con gran variedad de peces y especies únicas en sus distintas regiones. Por eso, es visitada cada año por miles de pescadores nacionales e internacionales. Es así como su prohibición nos preocupa como comunidad de pescadores, pero también como ciudadanos que reconocemos el gran impacto positivo que tiene la pesca deportiva en las zonas más alejadas del país.
Para que cada temporada de pesca deportiva sea posible, intervienen miles de personas que se han dedicado por años a su actividad: transportadores terrestres, motoristas, ayudantes, guías, hoteles, restaurantes locales, aerolíneas, tiendas especializadas, productores de indumentaria, fabricantes e importadores de motores y equipos de navegación, entre otros.
Nos preocupan las zonas que dependen de esta actividad.
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En el Vichada, una de las zonas más alejadas y afectadas por el conflicto armado del país, se ha desarrollado una amplia comunidad de operadores para la pesca deportiva, que han recibido constantes capacitaciones en servicios turísticos y cuidado del medio ambiente. El departamento recibe al año más de 2.300 pescadores nacionales y extranjeros, y de la temporada de pesca, dependen económicamente cerca de 830 familias de 16 comunidades indígenas.
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En Guainía, casi cien familias de 12 comunidades indígenas se dedican a prestar servicios relacionados con la pesca con el fin de recibir a los cerca de 1.400 pescadores que visitan la zona al año.
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En Bahía Solano, Chocó, como lo ha manifestado su alcalde Ulmer Mosquera Gutiérrez, “Dejar de recibir a los entre 1.500 y 2.000 pescadores deportivos que nos visitan cada año representaría para nuestra comunidad perder entre 7.000 y 10.000 millones de pesos al año. Esta medida afectará la vida de casi el 50% de la población del municipio” .
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En el Meta y el Casanare reciben casi 5.500 pescadores al año y más de 150 familias dependen de esta actividad.
Esta es sólo una muestra de lo que representa la pesca deportiva en Colombia, en donde, alrededor de 101.550 pescadores nacionales y extranjeros visitan al año 219 zonas rurales y ríos en las distintas regiones del país, y 117 operadores logísticos, 1640 guías, 272 auxiliares, 78 tiendas, 31 comunidades y más de 2510 familias, derivan su sustento de la pesca deportiva. Se estima que esta modalidad de pesca representa un total de $276.713.500.000 cada año para el país.
“Quienes practicamos este deporte, somos conscientes de la importancia de cuidar los ecosistemas, entendemos que está ligada a un paisaje y este, a unas especies de animales y de flora que lo componen y lo enriquecen. El pescador deportivo como amante de la naturaleza sabe y enseña que todo está encadenado, que no podemos preservar solo una cosa sin tener en cuenta las demás. Gracias a la práctica de la pesca deportiva podemos visitar zonas alejadas del país, donde sus poblaciones que han sido víctimas del conflicto y ya cuentan con una actividad lícita organizada de donde derivar su sustento”. señaló Andrés Reyes, Presidente de la asociación colombiana de piscicultura y pesca, Pispesca.
Y concluye diciendo que, “más que prohibición consideramos que es posible fortalecer la implementación de la regulación existente y trabajar todos de la mano para garantizar que la pesca se siga haciendo bien hecha”.