Diariamente, los directivos de empresas y tomadores de decisiones trabajamos por mejorar la productividad de los negocios, las cualidades de nuestros productos y los beneficios para nuestros clientes y colaboradores. En cada momento pensamos en implementar nuevos procesos y tecnologías, aunque esto conlleve cambios en las estructuras empresariales y necesidades de inversión.
A pesar de esto, en muchos países y empresas en etapas de desarrollo no se reconoce la importancia de la tecnología y su articulación al sector productivo. Algunos estudios concluyen que las empresas más exitosas son aquellas que han sabido aprovechar la evolución de la tecnología, adaptándola a sus necesidades, y que la mejor forma de innovar en los negocios no siempre consiste en desarrollar nuevas tecnologías, sino adaptar las existentes a sus procesos y sistemas.
Pero es común que algunos de los procesos de adopción de nuevas tecnologías se vean frenados en sus inicios por errores en el momento de la planeación o por crecimiento inesperado en su etapa de implementación, con lo que se producen aumentos en la inversión requerida. También es común enfrentar el miedo de no poder llegar a hacerlo por falta de conocimiento o experiencia. Para nosotros la mejor manera de enfrentar estos problemas es contar con buenos aliados de negocio.
Según datos de la división estadística de la Cepal, en América Latina y el Caribe hubo una reducción del 34,7% de la inversión extranjera en el año 2020, aunque desde 2013 se presentaba una tendencia decreciente. Sin embargo, la misma entidad ha identificado ocho sectores estratégicos que dan impulso a la sostenibilidad en la región, en estos sectores encontramos la transición hacia energías renovables, la movilidad eléctrica sostenible en ciudades y la revolución digital inclusiva.
Es por esto que debemos buscar la aceleración tecnológica de empresas y ciudades. La robótica, inteligencia artificial (IA), biología digital, nanotecnología, neurociencia, entre otras que hacen parte de las denominadas ‘tecnologías exponenciales’. Al integrarlas y usar sus capacidades de compartir una gran cantidad de datos a alta velocidad, estaremos construyendo nuevos activos que potenciarán nuestros modelos de negocio, buscando la generación de ingresos autónomos, inherentes a estas mismas.
Como proveedores de esquemas tecnológicos, es nuestra labor encontrar la mejor solución para las necesidades específicas de cada cliente, es por esto que desarrollamos modelos de negocios en los que se busca que nuestros aliados de negocio inviertan lo mínimo en adopción de tecnologías, apoyado por nuestro conocimiento y experiencia en la implementación, para generar un esquema de monetización y autosostenibilidad que aprovechan tecnologías de punta para el crecimiento de su operación.
Al implementar los beneficios de estos modelos en los negocios y espacios con afluencia significativa de público, trabajamos por mejorar la experiencia de los usuarios y su relación con la oferta y demanda de productos y servicios, sentando las bases de lo que denominamos nuestro modelo de Smart City Social. Este modelo se estructura implementando tecnologías de última generación y, gracias a él, las empresas y ciudades pueden contar con tecnología de punta sin incurrir en los altos cargos intrínsecos a un proceso de digitalización.
Basados en la colaboración y sostenibilidad, nuestra propuesta es la de convertirnos en socios de negocio. De esta forma, la tecnología que implementamos puede ser monetizada, generando un nuevo motor de ingreso para ambos participantes y reduciendo al máximo la inversión inicial y el riesgo para quienes desean mejorar la capa de interacción, comercialización y ventas hacia su público.
En este momento nos encontramos impulsando diversos proyectos alrededor del país. Gracias a eso, pensamos que es posible mejorar procedimientos mediante transformación digital con bajas inversiones en ciudades y negocios con alta afluencia de personas.