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La conciencia por el impacto causado por los seres humanos sobre la naturaleza es la guía para que los estudiantes de la Universidad de América incentiven programas que fortalezcan las acciones de sostenibilidad en Colombia y el mundo.
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Investigación formativa, economía circular, gestión de los recursos hídricos, entre otros proyectos son la columna vertebral de los programas de ingeniería de la Universidad.
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Los proyectos que surgen desde la academia tienen además continuidad en las empresas y emprendimientos de los estudiantes y egresados.
Bogotá D.C, Colombia, de agosto de 2022. La sostenibilidad pasó de ser un simple concepto a convertirse en una realidad que busca que las acciones de gobierno, academia, empresas y personas en general se encaminan a minimizar el impacto de la contaminación y las acciones que afectan el entorno natural.
Para la Universidad de América, la sostenibilidad se ha convertido en una bandera de su formación educativa, incentivando programas encaminados a darle el protagonismo que merece con grupos y líneas de investigación enfocadas a propuestas de solución a problemas ambientales o a las necesidades concretas de la población.
Por ejemplo, se han desarrollado proyectos sobre las nuevas fuentes de energía, la valoración de residuos, el reciclaje, los nuevos materiales, o los potenciales emprendimientos de economía circular, reflejan el compromiso de los directivos, estudiantes y docentes investigadores con el desarrollo de nuevos modelos de vida que sean perdurables en el tiempo, además de plantear alternativas de economía que contribuyan a generar empleo y mejorar la productividad del país.
Específicamente, desde la Facultad de Ingenierías, se han creado dos frentes para incentivar estos proyectos; uno de investigación formativa y formación de investigación en las aulas de aprendizaje con metodologías desde las cuales se proponen, desarrollan y analizan proyectos en esta área.
“En este contexto se tiene: la muestra estudiantil para el emprendimiento, en la que los estudiantes plantean alternativas para solucionar problemas ambientales y minimizar el impacto de la industria química; la feria agroindustrial, en la que se promueve el procesamiento de frutas no tradicionales como el capulí, canistel, naidí, entre otras para obtener productos alimentarios, nutracéuticos y otros, pensando en el aprovechamiento de la totalidad de los frutos (cáscara, semilla, pulpa)”, explica Naliny Guerra Prieto, decana de la facultad.
También hay programas en posgrado desde los cuales se realiza investigación formativa en el desarrollo de las asignaturas mediante metodologías activas como los estudios de caso o el aprendizaje basado en proyectos.
Un segundo frente es la investigación ya formal que se lleva a cabo con dos grupos de investigación para darle vida a temas tan clave como: valorización de residuos, economía circular, gestión del recurso hídrico, energías alternativas, aplicación de la biotecnología para procesos sostenibles.
Dentro de los proyectos materializados por estos equipos se resaltan, por ejemplo:
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Recuperación y aprovechamiento de residuos sólidos plásticos, como estrategia de fortalecimiento para la protección de fuentes hídricas en el municipio de Quibdó.
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Valorización de residuos de llantas con un enfoque de economía circular.
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Construcción de un prototipo para la generación de hipoclorito de sodio en sitio, en el marco de la estrategia de autoproducción de cloro como contribuir a la materialización de alternativas para mitigar el impacto de la Covid-19.
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Uso de larvas de mosca soldado negra para la valorización de residuos orgánicos en el contexto del metabolismo urbano de Bogotá.
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Producción de un sustituto orgánico para el icopor, biodegradación de polímeros, bio remoción de metales pesados y biodegradación de fenoles.
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Biorrefinerías de residuos del proceso de producción de mezcal, de café, entre otros, para la recuperación de compuestos de interés alimenticio, farmacéutico, en tratamiento de aguas.
Igualmente, vale la pena destacar el grupo de Gestión, Ambiente y Sostenibilidad (GIGAS) que tiene en sus manos un proyecto para evaluar estrategias sostenibles para la preservación de los recursos suelo, agua y aire por actividades antrópicas.
“Hoy podemos afirmar que en promedio el 30% de los trabajos de grado que se realizan desde el departamento de ingeniería química e ingeniería ambiental corresponden a aportes directos a sistemas de tratamiento de aguas o manejo de residuos sólidos en el sector industrial”, añade la decana.
Los programas de Ingeniería Industrial, Ingeniería Mecánica e Ingeniería de Petróleos de la Universidad de América también han incorporado un concepto de desarrollo sostenible en su diseño curricular, en la investigación y la extensión. De esta forma, y como aporte al desarrollo de las capacidades diferenciadoras institucionales, estos programas, a través de la declaración de sus competencias globales institucionales, disciplinares y sus campos de formación, promueven la gestión de procesos en sistemas y organizaciones de bienes y servicios, la implementación de tecnologías de la información y la comunicación en las áreas de logística, producción y gestión de la cadena de suministro. De igual manera, lo hacen a través del desarrollo de productos usando materiales biodegradables para la producción de biocombustibles y el impulso de energías más limpias mediante una transición energética equilibrada y que aporte sostenibilidad en los procesos productivos del país.
“Con esta gran apuesta académica, la Universidad de América en sus más de 65 años es ampliamente reconocida por la formación de líderes globales con excelencia académica, generadores de conocimiento, responsables y comprometidos con el desarrollo sostenible del país y el mundo, además de su amplio reconocimiento como abanderada en procesos de transición energética, contribuyendo al progreso de una forma responsable con el medio ambiente, el ecosistema y la humanidad”, concluye Mario Posada García-Peña, rector de la Universidad de América.
Fuente de redaccion advancepr.ne