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Entre el 20 % y el 25 % de la población mundial sufre de algún tipo de alergia.
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La rinitis y el asma son algunas de las afecciones respiratorias más comunes.
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Los síntomas que puede presentar una persona varían según el tipo de alergia, pero los más comunes incluyen picazón
en la nariz o los ojos, estornudos, lagrimeo, dificultad para respirar, tos, diarrea, vómito, brotes en la piel y/o hinchazón.
Bogotá, junio de 2024. Entre el 20% y el 25% de la población mundial sufre de algún tipo de alergia, es por esta razón que hoy, en conmemoración de la Semana de la Alergia, se busca invitar a las personas a tomar conciencia sobre estas afecciones y el impacto que pueden tener en la vida cotidiana.
El aumento vertiginoso de enfermedades alérgicas en las últimas décadas, ha afectado la calidad de vida de millones de personas, incluso muchas de ellas no han sido correctamente diagnosticadas y, por lo tanto, no reciben el tratamiento adecuado. Algunas reacciones pueden ser potencialmente mortales, lo que subraya la necesidad de una mayor concientización al respecto y de la creación de ambientes más seguros para los pacientes que padecen de estas afecciones. Un ejemplo clave es la correcta información sobre los alérgenos alimentarios en restaurantes y etiquetas.
Existen diversos tipos de alergias, como las respiratorias (como la rinitis y el asma), alimentarias, medicamentosas, de contacto y ocupacionales, entre otras. El manejo de éstas varía según la severidad y el tipo, e incluye el uso de medicamentos para controlar los síntomas y, en casos específicos, la inmunoterapia o "vacunas para la alergia".
Los tipos de alergias más comunes incluyen las provocadas por aeroalérgenos (polen, ácaros del polvo, epitelios de animales), reacciones alimentarias (como la leche, huevo, pescados, mariscos, frutos secos, entre otros) y reacciones a medicamentos (especialmente antiinflamatorios y ciertos antibióticos). Los síntomas varían según el tipo de afección, pero los más comunes incluyen picazón en la nariz o los ojos, estornudos, lagrimeo, dificultad para respirar, tos, diarrea, vómito, brotes en la piel, hinchazón y, en casos graves, hipotensión y alteración del estado de conciencia.
El diagnóstico preciso, basado en la historia clínica, exámenes físicos y pruebas especializadas, es clave para enfrentar este desafío. En los últimos años, se han desarrollado avances médicos innovadores, desde terapias biológicas hasta investigaciones sobre nuevas formas de inmunoterapia y aunque no existe una cura completa para éstas, es posible lograr un buen control de la enfermedad y una mejoría significativa en la calidad de vida de los pacientes.
“Es fundamental que identifiquemos los alergenos específicos, y así acudir con un alergólogo. Las recomendaciones generalmente incluyen, evitar los desencadenantes, informar a familiares y educadores sobre la reacción, revisar etiquetas de alimentos y, en algunos casos, portar alertas médicas. Lograr identificar y evitar la sustancia desencadenante es clave, así como seguir el tratamiento prescrito y asistir a citas de seguimiento” comenta Rosa Farfán, alergóloga clínica de Helpharma, compañía perteneciente al Grupo Zentria.
Recomendaciones para prevenir las alergias:
- Para las alergias alimentarias, es crucial informar en los restaurantes y revisar los ingredientes.
- Es vital identificar la sustancia desencadenante y evitarla.
- Es importante cumplir con el tratamiento prescrito y acudir a citas de seguimiento.
- Las afecciones pueden afectar significativamente la calidad de vida, interfiriendo con el descanso, las actividades diarias, la dinámica familiar y el rendimiento laboral o escolar, es importante que estos entornos conozcan las alergias de las personas, estén familiarizados con los síntomas y tratamientos y tengan protocolos claros para manejar emergencias de este tipo.
- Existen grupos de apoyo para pacientes alérgicos y sus familias. En casos de afectación significativa, es recomendable consultar con profesionales de salud mental.
Tener en cuenta estas recomendaciones es de vital importancia para aumentar la visibilidad de esta enfermedad y han ayudado a que las personas que padecen estas enfermedades estén más seguras y tengan más opciones. Sin embargo, algunas personas todavía no comprenden el riesgo que implica exponerse a su desencadenante, incluso en cantidades mínimas.
“Aún necesitamos esforzarnos más para que las personas reconozcan los posibles síntomas de una alergia, sepan que es posible identificar a qué son alérgicos y, sobre todo, que pueden recibir tratamiento. Además, debemos ser más estrictos en exigir que los alérgenos y los ingredientes sean reportados en restaurantes y en las etiquetas de alimentos preparados” finalizó Farfán.
Diversas sociedades científicas, como la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) y la Asociación Colombiana de Asma, Alergia e Inmunología, ofrecen información valiosa, también hay conferencias y sitios web especializados disponibles. Así mismo, las campañas de concienciación son esenciales para visibilizar esta enfermedad, sin embargo, aún queda un arduo trabajo por hacer para que todos comprendan los riesgos de las alergias y la importancia de un diagnóstico y tratamiento adecuados.
Fuente de redacción: Dattis