Por: Diego Vargas
Desde la Zona Franca de Bogotá, The Frenchie Co, una compañía de diseño de productos funcionales y de lujo, creadora de la primera “speed wallet“ (billetera rápida para viajes), permanentemente, envía productos a clientes de más de 150 países: carteras, accesorios, ropa antibacterial, entre ellos camisetas y jeans.
Con la promesa de valor, de usar los mejores materiales del mundo (genuino cuero italiano con prácticas éticas y sostenibles, nylon balísticos y fibra de carbono), y garantizar la calidad, a través de una confección hecha a mano, por experimentados artesanos colombianos; sus fundadores, los hermanos Daniel y Camilo Mejía, encontraron en las oportunidades que ofrece el régimen franco, la posibilidad de viabilizar su sueño de convertirse en referente de diseño a precios razonables, para los consumidores de todo el mundo.
“La experiencia empresarial nos ha llevado a Camilo y a mi, a ser expertos en nuestro nicho de mercado y explorar cada vez más, nuevas oportunidades en favor del crecimiento económico, hoy cualquier tipo de empresa con vocación exportadora puede beneficiarse de este régimen, y así puede aprovechar una conexión más eficiente con los mercados internacionales. No necesariamente una empresa gigante se puede vincular, también las pequeñas y medianas empresas pueden beneficiarse del régimen franco”, Daniel Mejía.
El caso de The Frenchie Co, no es una excepción. Las ventas en línea están creciendo de manera acelerada en el mundo: de acuerdo con el informe global de la industria, realizado por Statista, representa el 20,4% del retail; mientras que Shopify, una de las mayores plataformas de e-commerce, calcula que en 2022 el mercado alcanzará los 5.5 trillones de dólares, de estos, 85 billones provenientes de productos.
Sin embargo, a pesar de la enorme oportunidad que representa el modelo, de acuerdo con la Cámara de Comercio Electrónico de 2021, sólo el 2% de las empresas nacionales hacen ventas en otros países por medio de canales electrónicos, ya que se concentran en el mercado local.
Entonces, ¿qué oportunidades representa el comercio electrónico transfronterizo para las Pymes Colombianas que no han explorado este terreno?
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El acceso al mercado global:
El 55% de las personas en el mundo compra por internet. La ecuación es simple: el cliente descubre un producto en redes sociales o buscadores, profundiza su conocimiento sobre él en las plataformas, landing page y medios; y ¡listo! compra el producto y espera que llegue a la puerta de su casa en días.
Atrás quedaron las épocas en las que sólo las grandes empresas tenían la capacidad de expandirse a mercados internacionales. Gracias al comercio electrónico transfronterizo, se pueden abrir múltiples mercados simultáneamente, sin necesidad de hacer grandes inversiones en stock, producciones locales, gastos de viaje y costos de intermediación, comercialización y distribución local.
Sólo basta con realizar una campaña de mercadeo dirigido y segmentado a clientes, generación de contenidos atractivos y por supuesto tener un gran producto, para acceder a clientes de todo el mundo.
2. La excepcional capacidad logística de Colombia:
El caso de The Frenchie Co, con una distribución directa a más de 150 países en el mundo, revela el gran potencial de la Zona Franca de Bogotá, para responder a la demanda de operaciones de comercio electrónico. Esto, sumado a una privilegiada ubicación geográfica, con conectividad a los más importantes aeropuertos y puertos del mundo, y la presencia de los más relevantes transportadores, permite cumplir con las expectativas de los clientes de que su envío llegue en perfectas condiciones y a tiempo.
3. Marcas colombianas como ventaja competitiva:
Ser una marca colombiana, es una gran ventaja que representa un valor atractivo para mercados extranjeros. Este posicionamiento se debe a la tendencia competitiva creciente, con respecto a las macrotendencias de compra justa, sostenibilidad, compra local y denominación de origen de los productos nacionales. Además la calidad de las materias primas y atención al detalle de sus acabados hechos a mano, proyectan la mercancía y productos, por su alto valor ante el mercado internacional.
4. Colombia como líder de las zonas francas en Latinoamérica:
Uno de los regímenes de zona franca más desarrollados en Latinoamérica es el de Colombia. Esta es una gran ventaja para las empresas interesadas en facturar por medio del comercio electrónico, ya que al pertenecer a zonas francas, obtienen importantes incentivos como la exención de impuestos en importación de materias primas, producción y exportación de productos terminados y almacenamiento en lugares estratégicos para efectos de comercialización. También, es posible lograr respuestas rápidas ante la demanda y evitar desabastecimiento, reduciendo los tiempos de entrega, que por lo general podían tardar entre uno y dos meses, a solamente tres o cinco días. De esta manera Colombia se podría posicionar como el país que logra abastecer a todo el mercado latino, centro americano y norteamericano, especialmente con mercancías elaboradas en países orientales.
5. Coyuntura de relaciones exteriores como ventaja competitiva:
Las relaciones exteriores sólidas del país, con potencias económicas mundiales, las políticas de apertura económica, apertura internacional y libre comercio; podrían ser una gran ventaja competitiva de Colombia ante otros países de Latinoamérica que no cuentan con dichas características, tienen sanciones o relaciones internacionales inestables. En suma, la posición estratégica del país facilita el comercio transfronterizo, pues las capitales más lejanas del continente quedan situadas a alrededor de 6 horas de distancia y el aeropuerto El Dorado, es líder en transporte de carga y mercancías.