Bogotá, 17 de noviembre de 2016. Medellín ha sido reconocida como la ciudad más transformadora del año por su innovación social y su compromiso con la modernización y el mejoramiento de la calidad de vida de sus habitantes. Este ha sido el resultado de, entre otras acciones, la consolidación de alianzas público-privadas para la generación de iniciativas de inclusión social que han permeado diferentes segmentos de la sociedad, incluyendo la comunidad LGBTI.
Así las cosas, se han propuesto abrir -dentro de este escenario de transformación- espacios para que más gente y grupos puedan tener oportunidades de innovación. Así lo explica Alejandro Gamboa, coordinador del programa Diversidades de la Secretaría de Cultura de Medellín: "Las ciudades como Medellín, que están basadas en la innovación, son enormemente diversas y por tal razón nuestro trabajo ha tenido un enfoque muy importante en emprendimiento social, economía naranja, y todo lo que gire en torno a la ciencia, tecnología e innovación”. Y dice agrega que “Nosotros entendemos a la comunidad LGBTl desde su diversidad como una riqueza y ese es el mensaje que le queremos mandar a la ciudadanía”.
Así mismo, Rocío Arango, profesional senior de Innovación y Emprendimiento Social de Ruta N, considera que latecnología, y especialmente la programación, son temas clave para reducir las brechas de exclusión social particularmente para los transgénero. Ella explica por qué: “Los ‘trans’ tienen un período muy crítico entre los 14 y los 20 años, mientras están saliendo del closet, para transicionar físicamente de hombre o de mujer al otro género. Es ahí cuando deciden irse a la prostitución o a trabajar a una peluquería; y fin de la historia. Queremos cambiar eso”, asegura Rocío. “La programación es una oportunidad de poder brindar herramientas que puedan llevar temas de emprendimiento y generación de ingresos, demostrar autonomía y realización”.
En ese sentido, Microsoft y Ruta N, con el apoyo de la Secretaría de Cultura de Medellín, han estado trabajando conjuntamente para acercar a la población LGBTI al lenguaje de la programación. El primer espacio se dio en el marco de #YoPuedoProgramar, una iniciativa que tiene el objetivo de acercar a jóvenes de este segmento poblacional, especialmente transexuales, a la programación como una alternativa de generación de oportunidades de desarrollo social y económico. Algunos como Valerie Quiroz y Juan David Agudelo se animaron a participar con la certeza de que aprender sobre tecnología puede conducir a nuevas formas de vida.
Las historias detrás de #YoPuedoProgramar en Medellín
Juan David Agudelo de 18 años es estudiante de psicología y se califica como un activista defensor y promotor de los derechos de la población LGBTI en la ciudad de Medellín. Este joven universitario no ha tenido mucho contacto con la tecnología en la vida, pero a pesar de ello demostró ser uno de los más ‘pilos’ en la jornada de #YoPuedoProgramar.
A partir de este primer acercamiento al lenguaje de la programación, Juan David ha empezado a imaginarse lo que puede hacer con este conocimiento: desde aplicaciones para ayudar a mejorar la salud mental de las personas hasta crear un sistema de comunicación entre psicólogos y pacientes.
Juan David se la imagina así: “Es muy complejo hacer una aplicación para salud mental porque no se puede mecanizar eso, pero sí se podrían crear unas pautas que le enseñen a las personas a reaccionar respecto a determinados problemas. Por ejemplo, un tutorial de cosas que le ayuden a la persona a generar estímulos naturales en el cuerpo”. Y agrega que “Los psicólogos también podríamos desarrollar un sistema de seguimiento de pacientes que estandarice toda su información. Por ejemplo, un WhatsApp en la nube para sicólogos y pacientes”.
A pesar de las cifras y los hechos que evidencian la discriminación social hacia las personas LGBTI en Medellín, Juan David resalta los avances que se han hecho para resolver esta problemática. En lugar de ver el vaso medio vacío, Juan David prefiere verlo medio lleno. Para él, “lo importante y lo rescatable por ahora es que al menos se están empezando a generar espacios de inclusión, especialmente en Medellín donde nuestra población sexualmente diversa es tan vulnerable por su falta de acceso al empleo, a la salud y al ejercicio de sus derechos”. Y sostiene que “lo importante es que la gente se abra un poco y sepa que Medellín y sus lindas montañas no es lo único que existe, sino que hay que ir más allá. Y la tecnología es clave en ese sentido: el hecho de que una persona pueda programar una aplicación para resolver una problemática existente es muy valioso”.
Además, reconoce que la minoría de la que él hace parte es tan diversa y talentosa que las actividades que promuevan el conocimiento y la creatividad pueden contribuir a “construir sociedad”. Por eso, ha decidido empezar a motivar a otros jóvenes a involucrarse en actividades relacionadas con la tecnología y la innovación.
“La gente utiliza la tecnología todos los días, pero no sabe lo que hay más allá... no sabe cómo funcionan los códigos o por qué se envía un mensaje a través de una aplicación”, dice Juan David. “Uno tiene la idea de que la programación es algo muy difícil, pero lo interesante es que Microsoft nos muestra que para programar no es necesario ser un ingeniero de sistemas y sí se puede aprender de una manera didáctica y divertida”, complementa Juan David, refiriéndose a Minecraft, el popular videojuego de Microsoft que ayuda a niños y jóvenes a desarrollar habilidades de codificación básicas, animándoles a navegar, excavar, crear y explorar un escenarios en 2D y, de esta forma, generar código informático.
Por otro lado, Valerie Quiroz, una joven transgénero de 17 años, está a punto de enfrentarse a la realidad después del bachillerato. “¿Qué voy a hacer cuando salga del bachillerato? La vida de los transexuales es demasiado dura. Difícilmente logramos tener un cargo en una empresa o ser independientes porque los prejuicios son demasiados”, expresa Valerie.
Aunque de joven soñaba con convertirse en una cirujana plástica o en una instrumentista quirúrgica, su temor a la posibilidad de no tener oportunidades laborales le han hecho pensar que ahora debe empezar a aprender de todo porque, como dice ella, “nunca se sabe”. Si bien la tecnología ha sido algo que normalmente se le ha facilitado a Valerie gracias al aprendizaje que le han dejado los tutoriales disponibles en Internet, el videojuego Minecraft ha sido su primer acercamiento a la programación.
“Cuando me invitaron a Yo Puedo Programar y me dijeron que Microsoft iba a estar involucrada, pensé que iba a ser algo muy importante. Mi mamá me dijo que esto me iba a servir muchísimo, que aprovechara para buscar muchas alternativas y que no me quedara sin hacer nada”, dice la joven.
Valerie se ha planteado como objetivo aprender más sobre tecnología y aprovechar oportunidades como las que Ruta N y Microsoft han abierto. Además, está convencida de que, si “sigue metida en este cuento” y logra incentivar a otros jóvenes de la comunidad LGBTI a aprender sobre programación, muchas personas como ella podrán desarrollar habilidades útiles para el futuro y tener vidas más estables.
Por: Redacción Microsoft
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