En la actualidad, los robos de identidad y los secuestros de cuentas bancarias son cada vez más frecuentes. Con miles de millones de dispositivos y servicios que requieren control de acceso, tanto el sector público como el ámbito privado necesitan proteger la identidad de los individuos del robo y fraude por medio de una amplia gama de técnicas biométricas. Estas últimas pueden abarcar: reconocimiento facial, huellas digitales, iris, palma de la mano, geometría, venas, firmas digitales y voz, todos ellos rasgos únicos e intransferibles que proporcionan la autenticación y verificación más confiable del individuo.