El centro de datos cumple 50 años

Dic 01, 2015 - by administrador

Comentario de Luis Núñez, Country Manager de EMC para Colombia

En 2015 se cumplen 50 años de la publicación de la innovadora propuesta del centro de datos nacional que se hizo en 1965 en los Estados Unidos.

 

Esta describía un plan ambicioso en el que el Gobierno de los Estados Unidos debía crear y almacenar archivos detallados de los ciudadanos para registrar todo, desde huellas digitales y registros impositivos hasta estudios y antecedentes penales, en un único centro de datos federal. Cabe destacar que el documento sugería que los registros se almacenaran en cintas magnéticas para que pudieran ser fáciles de recuperar si las autoridades querían realizar consultas o “investigar”. En ese momento, fue una idea ambiciosa y sorprendente para crear lo que ahora conocemos como una base de datos electrónica.

Si analizamos el texto en la actualidad, hay muchas partes que reconocemos de inmediato, incluso a pesar de que las tecnologías subyacentes hayan cambiado por completo. La premisa básica del almacenamiento electrónico es la misma, pero gracias al surgimiento de tecnologías digitales, como flash, tanto los gobiernos como las empresas pueden ahora almacenar muchísimos más datos por un costo mucho menor que en 1965. En el presente, se toman y analizan más datos que nunca por medio de la analítica de big data. De esa forma, a menudo se obtiene información en tiempo real que beneficia al mundo que nos rodea.

Es interesante reparar en cómo cambió la ética de la recopilación de datos durante la última mitad de siglo. La propuesta del centro de datos nacional se abandonó finalmente en 1968 debido a preocupaciones relacionadas con la privacidad. Se determinó que era una invasión de la privacidad que el Gobierno de los Estados Unidos tuviera esa cantidad de datos personales sobre sus ciudadanos. 

En la actualidad, sin embargo, estamos más dispuestos que nunca a compartir datos y adoptar distintas plataformas que lo faciliten. Lo hacemos, gustosos y sin que nos lo soliciten, todos los días: publicamos detalles personales en plataformas de redes sociales, damos detalles bancarios a vendedores en línea, compartimos datos de entrenamiento con amigos, aseguradoras y empresas de bienes de consumo, entre otros.

Y lo hacemos porque vemos una ventaja, ya sea comunicarnos con mayor libertad, facilitar las compras o disminuir la prima del seguro. Permitir que otros almacenen nuestros datos puede hacer una gran diferencia en nuestras vidas y, por lo tanto, cuando lo entendemos así, lo apoyamos. De hecho, un estudio reciente de VansonBourne describe cómo los consumidores conectados de la actualidad, la “generación de la información”, priorizan el acceso más rápido a servicios y las experiencias más personalizadas de las empresas con las que interactúan.

Hubo muchos cambios en los 50 años que pasaron desde que se presentó por primera vez la noción moderna de un centro de datos, pero también mucho se mantuvo igual. La propuesta original inspiró muchas discusiones relacionadas con “gran hermano” y aceleró la concientización colectiva sobre temas como la privacidad y el control. Estas preocupaciones siguen vigentes en 2015; sin embargo, no hay duda de que los consumidores actuales han descubierto y adoptado las ventajas y desventajas de la recopilación de datos, y cada vez más esperan que las organizaciones con las que interactúan usen datos para comprenderlos mejor y ofrecerles experiencias del usuario más precisas y eficientes.

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