En Colombia, más de 220.000 personas viven con Parkinson y a nivel mundial más de 10 millones de
personas padecen esta condición.
Actualmente, se cuenta con la disponibilidad de tecnología diagnóstica y terapias innovadoras como la
estimulación cerebral profunda (ECP), para abordar esta patología.
Aunque no existe una prueba definitiva para el diagnóstico, los exámenes de medicina nuclear (SPECT y
PET) pueden aportar pruebas objetivas de enfermedades neurodegenerativas.
Bogotá, agosto del 2024 – La enfermedad de Parkinson, una afección degenerativa a nivel
cerebral, impacta el movimiento, la cognición y diversas funciones corporales, representando
un desafío significativo para millones de personas en todo el mundo. Aunque la causa
exacta de la enfermedad sigue siendo desconocida, se cree que la muerte de células
cerebrales productoras de dopamina, un neurotransmisor vital para el movimiento, es un
componente central en su desarrollo.
En Colombia, más de 220.000 personas viven con Parkinson, y a nivel mundial, más de 10
millones de personas padecen esta condición. La atención y los recursos adecuados son
esenciales, desde la disponibilidad de tecnología diagnóstica y terapias innovadoras, como
la estimulación cerebral profunda (ECP), hasta el compromiso continuo de los profesionales
de la salud para mejorar la calidad de vida de quienes enfrentan esta enfermedad.
La detección temprana y el diagnóstico preciso son fundamentales para brindar el mejor
cuidado posible. Si bien no existe una prueba definitiva para el diagnóstico, los médicos se
basan en el historial médico del paciente, una revisión exhaustiva de los síntomas y un
examen neurológico completo para determinar el curso de acción adecuado.
Entre los síntomas más comunes se encuentran:
Temblores en las manos y los brazos en reposo.
Rigidez muscular y lentitud de movimientos.
Dificultades para mantener el equilibrio y la coordinación.
Trastornos del sueño.
Problemas gastrointestinales.
En cuanto al tratamiento, aunque de momento no existe una cura, el uso de medicamentos,
terapias físicas y en algunos casos, cirugía, pueden ayudar a disminuir los síntomas y
mejorar la calidad de vida de los pacientes, así como la de sus familias y cuidadores.
Intervenciones no farmacológicas como la fisioterapia y la terapia del lenguaje también
pueden ser beneficiosas.
A medida que miramos hacia el futuro, es importante unir esfuerzos para abordar el
creciente impacto del Parkinson, el cual globalmente afecta a más de 10 millones de
personas. Las estimaciones sugieren que para 2040, entre 12 y 17 millones de personas
podrían estar afectadas por esta enfermedad.
“El cuidado preventivo y la atención temprana, son pilares fundamentales en la lucha contra
el Parkinson. Al estar atentos a los posibles síntomas y buscar ayuda médica especializada,
no solo mejoramos nuestra calidad de vida, sino que también fortalecemos la respuesta
global ante esta enfermedad degenerativa del cerebro, que ha afectado a millones de
personas", afirma el médico cirujano y médico nuclear Edisson Cala, Gerente de Imagen
Molecular y Asuntos Médicos Oncológicos en Siemens Healthineers.
La medicina nuclear juega un papel crucial en el diagnóstico y manejo del Parkinson. Sin
duda, el uso de esta modalidad de imagen molecular en el campo de la neurología a nivel
global sigue aumentando, por su capacidad de aportar pruebas objetivas. “En la rutina
clínica, los pacientes con sospecha de deterioro cognitivo son evaluados de forma
interdisciplinar por un médico neurólogo y un médico psiquiatra, mediante preguntas en
formato de entrevista, el cual es un método que nos ayuda a tener una guía inicial para el
abordaje clínico. En el momento de diagnóstico y seguimiento, los exámenes de medicina
nuclear (SPECT y PET) pueden aportar pruebas objetivas de tales enfermedades, para
tomar decisiones más acertadas en la terapia”, afirma el Dr. Cala.
Sin duda, los procedimientos de diagnóstico por imagen molecular pueden resultar
diferenciales en el abordaje del Parkinson – por ejemplo, pueden identificar cambios en el
flujo sanguíneo cerebral y visualizar el deterioro funcional, útil en el diagnóstico temprano de
demencias. Las enfermedades neurodegenerativas, caracterizadas como bien lo menciona
la misma palabra, por la degeneración progresiva del sistema nervioso, requieren atención
preventiva con profesionales y tecnología adecuada. Aunque de momento incurables, el
diagnóstico temprano puede mejorar significativamente la calidad de vida de los pacientes.
Fuente de redacción: Dattis