* Solo se recicla aproximadamente el 10% de residuos.
* Más de 74.000 toneladas de estos residuos peligrosos terminan en rellenos sanitarios o vertederos
ilegales, contaminando el suelo y las fuentes de agua.
Bogotá, abril de 2024. Los aparatos electrónicos han revolucionado nuestras vidas,
brindándonos comodidad y facilitando nuestras tareas diarias. Sin embargo, detrás de su
conveniente uso, se esconde un impacto ambiental significativo que a menudo pasa
desapercibido. Desde la extracción de recursos hasta la gestión de residuos, el ciclo de vida de
estos dispositivos tiene un costo ambiental considerable.
Según el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, en el país se generan alrededor de
83.000 toneladas de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) al año, de los
cuales solo se recicla aproximadamente el 10%. Esto significa que más de 74.000 toneladas de
estos residuos peligrosos terminan en rellenos sanitarios o vertederos ilegales, contaminando
el suelo y las fuentes de agua.
“La fabricación de aparatos electrónicos requiere una gran cantidad de recursos naturales,
como metales raros, plásticos y otros materiales. La extracción de estos recursos conlleva una
huella ambiental considerable, causando daños a los ecosistemas y agotando los recursos
naturales. Además, el proceso de producción consume grandes cantidades de agua y energía,
contribuyendo a la emisión de gases de efecto invernadero y al cambio climático” comenta la
Unidad de Gestión Ambiental (UGA), Universidad El Bosque.
Durante su uso, los aparatos electrónicos también tienen un impacto ambiental significativo
debido a su consumo de energía. En Colombia, el sector residencial representa
aproximadamente el 25% del consumo total de energía eléctrica, y una parte considerable de
este consumo se atribuye a los aparatos electrónicos. Tanto en modo de uso como en modo de
espera, estos dispositivos consumen electricidad, lo que a su vez contribuye a la emisión de
gases de efecto invernadero y al cambio climático. Además, muchos de estos aparatos tienen
una vida útil relativamente corta, lo que fomenta un ciclo constante de reemplazo y generación
de residuos.
“Al final de su vida útil, los aparatos electrónicos se convierten en residuos peligrosos si no se
desechan adecuadamente. Estos desechos contienen sustancias tóxicas, como plomo,
mercurio y cadmio, que pueden contaminar el suelo y las fuentes de agua si no se gestionan
correctamente. La eliminación inadecuada de estos residuos también puede liberar gases de
efecto invernadero y otros contaminantes a la atmósfera” añade la UGA.
Para reducir el impacto ambiental de los aparatos electrónicos, es crucial adoptar prácticas
sostenibles en todas las etapas de su ciclo de vida. Esto implica comprar dispositivos
energéticamente eficientes, prolongar su vida útil mediante el mantenimiento y la reparación, y
desechar los residuos de manera responsable en centros de reciclaje autorizados. Además, es
fundamental fomentar el consumo consciente, apagando los dispositivos cuando no se estén
utilizando y desenchufando los cargadores cuando no se estén cargando.
Fuente de redacción: Conexiones