Bogotá, Colombia 18 de junio de 2024- El mundo está cambiando más rápido que nunca, gracias a la
tecnología y la inteligencia artificial (IA). Estos avances están transformando no solo la forma en que
trabajamos, sino también cómo aprendemos. En Colombia y en todo el mundo, la educación enfrenta un
desafío monumental: preparar a las nuevas generaciones para un futuro que aún no podemos prever
completamente.
Hoy, la IA y la tecnología están cambiando la dinámica en muchas industrias. Por ejemplo, en el sector
automotriz, los vehículos autónomos están en desarrollo gracias a la IA, lo que plantea preguntas sobre
cómo se manejará el transporte en el futuro. En la industria aeronáutica, los aviones están siendo
equipados con sistemas de IA para mejorar la seguridad y la eficiencia. Incluso en la ingeniería, la IA se
está utilizando para diseñar estructuras más sólidas y eficientes.
Entonces, ¿qué significa todo esto para la educación? Significa que debemos adaptarnos. No solo
necesitamos enseñar a los estudiantes sobre matemáticas y ciencias, sino también sobre cómo pensar
críticamente, resolver problemas y trabajar en equipo. Estas habilidades serán cada vez más importantes
a medida que el trabajo cambie debido a la tecnología.
Además, la educación debe ser justa y accesible para todos. La tecnología tiene el potencial de
democratizar el acceso a la educación, permitiendo que personas de todos los ámbitos de la vida puedan
aprender nuevas habilidades. Sin embargo, también debemos asegurarnos de que nadie se quede atrás
debido a la falta de acceso a la tecnología o a la educación de calidad.
El futuro de la educación es un tema que nos afecta a todos. Necesitamos pensar en cómo podemos
prepararnos para un mundo en constante cambio y asegurarnos de que tengan las habilidades necesarias
para tener éxito en el futuro. Esto requerirá esfuerzos concertados de parte de profesores, padres,
gobiernos y empresas para garantizar que la educación siga siendo relevante y efectiva en la era de la
Inteligencia Artificial. La democratización de la educación, junto con la democratización de la IA, nos lleva
hacia un futuro más inclusivo y prometedor para todos.
Alberto Sols, decano de la escuela STEAM de la Universidad Europea y uno de los autores del
Observatorio en Inteligencia Artificial en Educación Superior de la Institución señala que “la IA es el mayor
reto tecnológico al que se ha enfrentado la educación superior. Otras revoluciones han tardado mucho
más en llegar a todo el mundo, pero esta alcanza a mucha más gente en mucho menos tiempo”.
Es importante recordar que, si bien la inteligencia artificial está transformando el panorama laboral, no
está destinada a reemplazar por completo las habilidades humanas. De hecho, según una encuesta 1
realizada por el World Economic Forum, casi la mitad (49 %) de las empresas espera que la inclusión de
la IA cree puestos de trabajo, muy por delante del 23 % de los encuestados que espera que los desplace
o elimine; esto refleja que la IA actúa como un complemento, ampliando nuestras capacidades y
liberándonos de tareas repetitivas.
Las habilidades únicas de los seres humanos, como la creatividad, la empatía y el pensamiento crítico,
siguen siendo invaluables en un mundo cada vez más tecnológico. Por lo tanto, la educación del futuro
debe enfocarse en cultivar estas habilidades humanas, al mismo tiempo que se incorporan conocimientos
y competencias relacionados con la tecnología y la IA. Este equilibrio entre lo humano y lo tecnológico
será fundamental para asegurar un futuro laboral próspero y satisfactorio para todos.
En este sentido, el papel del profesor, concebido tradicionalmente como la figura que imparte los
contenidos, debe evolucionar. Como explica Alberto Sols “los docentes no sólo deben integrar la IA en su
labor docente y comprender cómo funciona, sino que deben ejercer una labor más humana, de coaching y
acompañamiento. Tienen que ser capaces de transmitir ciertas experiencias personales que tanto
enriquecen profesionalmente a los estudiantes y que la máquina no parece que a corto plazo pueda
hacer”.
Fuente de redacción: LLYC