Una de las profesiones que más ha crecido en Colombia y que mayor contribución está generando en materia de innovación y desarrollo tecnológico al sector salud, es la Ingeniería Biomédica.
Hoy esta carrera aporta a una amplia gama de áreas, entre las cuales sobresalen el diagnóstico médico, el tratamiento de enfermedades, la rehabilitación, la investigación biomédica y la ingeniería de tejidos.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y las sociedades de Ingeniería Biomédica, sus principales tendencias tecnológicas giran en torno a la integración de la Inteligencia Artificial (IA); la impresión 3D, para crear implantes personalizados, prótesis y órganos artificiales; la bioingeniería de tejidos y el diseño de órganos artificiales; la nanotecnología, que permite desarrollar nuevos dispositivos médicos y materiales biocompatibles; la medicina personalizada, que ayuda a implementar tratamientos según las necesidades de cada paciente; y la robótica médica, clave para realizar procedimientos quirúrgicos más complejos y mínimamente invasivos.
Otros avances a destacar, afirma Carlos Alberto Castillo, director de Laboratorios de Salud y docente del programa de Ingeniería Biomédica de Areandina, sede Bogotá, son: “silla de ruedas robotizada para pacientes con lesión medular cervical; el smartbone, un implante craneal biocompatible para personas con traumas craneoencefálicos; el desarrollo de biomateriales a través de biopolímeros y polisacáridos que reparan los tejidos blandos; la creación de prótesis cardiacas personalizadas para niños con cardiopatías congénitas; y la elaboración de prótesis por medio de la impresión 3D, entre otros recursos”.
En cuanto al impacto que está causando la Inteligencia Artificial (IA) en la Ingeniería Biomédica, el docente de Areandina resalta que esta tecnología emergente viene aportando a esta carrera desde los años 90, especialmente con el uso de redes neuronales para generar sugerencias de diagnósticos desde la electrocardiografía y el análisis de imágenes diagnosticas.
Sin embargo, agrega Castillo, “en los últimos años con el aumento de las aplicaciones y el código abierto que se ha generado a través de las herramientas Deep Learning, gracias a la IA se ha logrado la detección de tumores malignos con tamaños de hasta 5 milímetros que permite realizar un abordaje más temprano para tratar el cáncer”.
Asimismo, añade, “otro impacto que ha viene generando esta tecnología emergente es la posibilidad de conocer a tiempo patrones de actividad eléctrica cerebral que ayudan a controlar los elementos de la vida cotidiana a través de Brain Computer Interfaces, como es el caso de Neuralink (https://neuralink.com/).
Igualmente, desde el desarrollo de dispositivos biomédicos, por medio de simulaciones y análisis de Inteligencia Artificial, Castillo señala que actualmente se puede evaluar el funcionamiento de materiales bajo diferentes estímulos, cargas y movimientos con el fin de desarrollar prótesis resistentes y que se adapten sin causar lesiones a las personas o en el desarrollo de estructuras para el implante celular y la proliferación de células con el fin de generar tejidos como la piel y el cartílago.
Sumado a los anteriores impactos, “vale resaltar que la IA también continúa aportando a los procesos quirúrgicos robotizados donde este recurso ajusta las acciones del robot de acuerdo con las indicaciones del médico, pero corrigiendo los aspectos que podrían desencadenar en una lesión”, indica el experto.
Finalmente, Castillo anota que la biomédica sigue trabajando en cooperación con instituciones internacionales para aumentar su producción científica y mejorar los procesos de desarrollo desde ámbitos como el cultivo celular y la investigación en biomecánica aplicada y en análisis de biomateriales.
“A la par, se vienen desarrollando y adaptando nuevas tecnologías para la evaluación de procesos de fabricación de materiales metálicos biocompatibles y se ha empezado a innovar en la creación de nuevos equipos biomédicos con el fin de bajar sus costos”, concluye.