A un nuevo encuentro con el fracaso

Jun 08, 2018 - by administrador

El fracaso es tan real para los seres humanos como el aire que respiramos. Podemos elegir ver el fracaso como la bruja malvada que arruina los cuentos de hadas y nos hace perder la fe en el amor, el éxito y en un final feliz. O podemos verlo, como la posibilidad de descubrir qué es lo que no ha funcionado hasta ahora para rediseñarnos y escribir desde una página en blanco una historia que nos empodere, nos sensibilice y que nos lleve a una vida memorable.

 

Con las pasadas elecciones, se pudo evidenciar lo que para algunos fue una victoria y para otros una derrota, los simpatizantes de los candidatos ganadores han comenzado a manifestar las diferencias que hay entre ellos, de igual manera proclaman con jubilo y orgullo el logro obtenido sin tener en cuenta lo que pudieran pensar, o sentir los simpatizantes y candidatos que no lograron la mayoría de votos para estar en la segunda vuelta. Por otra parte, se puede evidenciar la ira, tristeza y dolor de millones de compatriotas que no lograron este mismo objetivo.

 

Existen manifestaciones de todo tipo desde burlas hasta agresiones y por supuesto, también reconociéndolo, pero en menor medida, algunas manifestaciones de apoyo y solidaridad. Pero este es uno de los muchos escenarios en los que los colombianos evidenciamos nuestra carencia de habilidad para relacionarnos con el fracaso. Hemos tomado el fracaso como al oportunidad para señalar, enjuiciar, lavarnos las manos y justificar de cualquier forma nuestras acciones.

 

Es nuestra postura ante el fracaso visible ahora en las elecciones, pero que permea y corroe lo más profundo de nuestros hogares, pues el fracaso se ha convertido en la mejor excusa para renunciar a nuestros sueños y a nuestras metas. Un adolescente que obtiene una mala calificación en el colegio, lo toma como justificación para abandonar sus estudios y dedicarse a trabajar en lo que le “toca”, invertir su tiempo en la tienda de la esquina o incluso evadir la realidad a través de una substancia psicoactiva.

 

Un entusiasta empresario cabeza de hogar de una familia, ante la quiebra de su negocio y ante las necesidades de la vida encuentra en el narcotráfico una alternativa viable para que los suyos puedan subsistir. Ante la ruptura de una relación amorosa el joven, desesperadamente cae en el alcohol “buscando ahogar las penas” o de manera fría y violenta agrede a su ex pareja física o psicológicamente y en algunos casos hasta propiciarle la muerte.

 

Lo que nos mantiene condenados a repetir la historia, es nuestra postura ante al fracaso, pero no solamente en nuestros gobiernos, sino en las familias, en la comunidad, en nuestra vida. Somos reconocidos a nivel internacional como un pueblo inteligente, alegre y pujante; algunos lo llaman la “malicia indígena”, sin embargo por siglos no hemos optado, quizás por que no la hemos visto, por otra posibilidad diferente a la hora de no obtener lo que queremos en nuestras vidas, empeñamos nuestro esfuerzo y nuestras energías criticando, juzgando, reprochando y desasociándonos de nuestras responsabilidades.

 

Si colocáramos ese mismo empeño, ese mismo esfuerzo para apoyarnos, comprendernos y reconciliándonos con nosotros mismos, al interior de nuestros hogares, con el vecino, con el que piensa diferente, con el que no lo logra, con el abundante, con el saludable, con todos, quizás encontraríamos nuevas acciones, nuevos caminos que tomar para lograr nuestro propósito como nación.

 

Fue su postura ante el fracaso lo que le permitió a Thomas Alva Edison hacer aportes trascendentales para la luz eléctrica que hoy llega a nuestros hogares. A pesar de sufrir mononucleosis y rodeado de un puñado de talentosos competidores, Roger Federer una vez más, consigue la gloria en el mundo del Tenis. En Alemania, después de su fracaso en la segunda guerra mundial deciden unirse para reconstruir su nación y se reconcilian con el mundo siendo hoy uno de los países con una de las mejores calidades de vida del planeta

 

Fracasar en esta vida puede tener muchos significados, Pero mientras sea la ira, la tristeza y el dolor quienes dirijan nuestras reacciones cuando no ocurre lo que queremos que ocurra, seguiremos destinados a atropellarnos los unos a los otros. Está en nuestras manos, en nuestros corazones y en nuestra mente el verle la cara al fracaso y verlo como una alternativa de cambio y de posibilidades que de otra manera nunca íbamos a ver, puesto que el haber tenido experiencias de fracaso es lo que nos va a permitir reconocer cuando logremos el éxito.

 

Por: Redacción Alejo Nieto, Life Coach

0 Comentarios

Deje su comentario